| CUATRO |

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Wade guardaba su velero en la dársena del lago Cave Run, en el parque nacional Daniel Boone. A finales de primavera, los bosques estaban llenos de pescadores y excursionistas. _____ los miró con cierta nostalgia mientras Wade la guiaba hasta el embarcadero.

Le gustaban los barcos, pero sabía poco sobre ellos. Sus gustos se inclinaban mucho más por la pesca y los paseos por los bosques. Era otra de las grandes diferencias entre el estilo de vida de Wade y el suyo, pero quizás pudiera acomodarse.

Él tenía buen aspecto con los pantalones blancos y el jersey azul marino. No era un hombre mal parecido en absoluto. _____ contempló dudosa sus vaqueros y el suéter de varios colores. Esperaba ir vestida apropiadamente para salir a navegar.

Él le había dicho que llevara zapatillas deportivas, pero no había especificado el tipo de ropa. Esperaba que no se le ocurriera llevarla a un elegante restaurante vestida así.

-Tenemos un club náutico aquí -le estaba diciendo él, mirándola sonriente por encima del hombro-. En octubre, celebramos la Gran Regata Anual. Este año tienes que venir conmigo -añadió, dando por supuesto que la suya iba a ser una relación duradera. _____ rebosaba de alegría.

-¿Todo consiste en navegar?

-La mayor parte -contestó él-. Es durante la primera semana de octubre y comienza con una carrera. Por la noche hay una gran cena y al día siguiente otra competición. Hay una regata abierta para todas las clases.

-¿Compite mucha gente de Lexington?- Él le sonrió.

-Cariño, estamos a poca distancia de la ciudad. Los Styles tienen un embarcadero aquí. Harry y Gene ganaron la regata de su clase el pasado octubre.

Ella se sonrojó. Sabía que a Harry le encantaba navegar, pero no había recordado que guardaba su velero allí, ni que su padre corría con él.

Aunque aquel era el tipo de cosas que le gustaba hacer a Gene Styles. Era tan temerario como su hijo. Aquella temeridad era una de las cosas que ella había admirado en Harry.

-Hablando del rey de Roma... -musitó Wade cuando llegaban a su embarcadero.

Ella se volvió a medias y vio a Harry Styles caminando por la dársena con aire despreocupado, como si estuviera en su casa.

-¡Hola, Wade! Tienes una llamada en recepción. Les dije que te avisaría, ya que me cogía de camino a mi velero.

Wade suspiró. -Debí imaginármelo. No puede uno mantenerse lejos del trabajo. Al menos, mientras existan teléfonos en este planeta. Vuelvo en seguida, cariño. Gracias, Harry.

-De nada. Cuidaré de _____ hasta que vuelvas.

_____ le miró enfadada mientras Wade desaparecía en las oficinas del embarcadero. Vestía informalmente como ella, con vaqueros y un suéter amarillo. Con los mocasines náuticos, parecía menos alto que con las botas que usaba en la granja. El viento alborotaba su cabello rojo y el brillo de sus blancos dientes contrastaba atrayentemente con la tez bronceada.

-¿Qué estás haciendo aquí? -le preguntó _____.

-Lo mismo que tú. Divertirme.

-¿No estás un poco lejos de tu casa y de tu invitada?

Él arqueó las cejas. -¿Qué invitada?

-La preciosidad que te acompañaba anoche.

-La preciosidad está en una gira por las granjas locales con mi padre y el suyo.

-¿Y no has querido acompañarles?

-Trabajo mucho durante la semana. Los domingos me gusta descansar.

El Ojo del Tigre. °HS°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora