| CINCO |

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_____ se quedó en su habitación hasta que tuvo la seguridad de que Harry se había marchado. No quería verle mientras no hubiera recuperado el control de sus emociones.

¿Cómo podía haberse imaginado que, después de lo ocurrido cuatro años antes, seguiría siendo tan vulnerable? Pero no permitiría que volviera a acorralarla de aquella manera. Al recordarlo, se ponía furiosa. Sabía que tardaría varios días en tranquilizarse.

Lo que más la preocupaba eran los motivos de Harry. Al final, él también había perdido el control. Sabía que la deseaba. Nunca lo había ocultado, pero lo más difícil de soportar era su acusación de que ella lo había deseado tanto como él. Era la verdad, pero no quería que él lo supiera. Tenía que recordar lo ocurrido en otra ocasión. Tenía que recordar que no podía confiar en él. De lo contrario, iba a meterse en un buen lío.

Por último, se reunió con su padre en el cuarto de estar. Se había retocado el maquillaje y, salvo por la ligera hinchazón de los labios, tenía buen aspecto.

Pero los penetrantes ojos de su padre se fijaron en la hinchada boca. Su expresión demostró complacencia.

-¿Cómo es que te has marchado con Wade y vuelves con Harry? - preguntó.

Ella carraspeó. -En realidad, Harry mandó a sus huéspedes irlandeses a comprar uno de los caballos de Wade y luego me secuestró antes de que éste pudiera ofrecerse para traerme a casa. Fuimos de picnic.

-¿Te secuestró? ¿De verdad? -preguntó su padre quien sonreía ampliamente. -Es un hombre que sigue los dictados de su propio corazón -añadió.

-Yo esperaba ir a navegar con Wade.

-Harry tiene un barco. Si se lo pidieras, te llevaría a navegar con él. Estoy seguro.

-A él le encantaría -rezongó ella- que yo le suplicara.

-Dudo que se lo hayas pedido siquiera -dijo su padre calmadamente-. Es fácil ver que está interesado por ti. Creo que siempre lo ha estado.

-¿Quién te has creído que eres? -le acusó ella-. ¿Cupido? Te faltan el arco y las flechas.

-Podrías darle una oportunidad en vez de andar perdiendo el tiempo con ese Wade.

-Le di una oportunidad hace cuatro años. Y se comprometió con Lorraine. ¿Lo recuerdas? No me va a hacer la misma faena dos veces. ¡Oh, no! Ahora soy más vieja y más prudente y no voy a dejar que tu héroe me manipule.

Él arqueó una ceja y le miró fijamente la boca. -Parece que tu afirmación llega un poco tarde, ¿verdad?

Ella comenzó a decir algo, pero levantó las manos en un gesto de impotencia y salió de la habitación. ¿Para qué se iba a molestar en discutir? Harry tenía su mejor aliado en su propio padre. Si pudiera contarle toda la verdad, no se mostraría tan ansioso de empujarla a los brazos de Harry. Pero debía guardar su secreto.

En momentos como aquél, deseaba que su madre siguiera viva. Geraldine Whitman sólo era un tenue recuerdo. Había muerto en un accidente cuando ella tenía diez años y su padre había sido toda su vida durante los años siguientes. _____ se preguntaba cómo habría sido tener alguien con quien hablar. Estaba Darcy, pero una madre era diferente.

No vio a Harry en los días siguientes. Fue a su trabajo y el martes por la tarde volvió rápidamente a su casa a arreglarse para su cita con Wade.

Su padre estaba hundido en su sillón con expresión ceñuda.

-¿Qué ocurre?

-Has echado a mi compañero de ajedrez.

-¿Se ha ido? ¡Magnífico!

El Ojo del Tigre. °HS°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora