-¡Vaya, vaya! Tenemos visita -rió entre dientes Wade mientras aparcaba delante de la casa de _____.
_____ vio el Porsche rojo y se le revolvió el estómago. -¡Por el amor de Dios! -rezongó.
-¿Dijiste que no está interesado? -bromeó Wade-. Pues a mí me parece una auténtica persecución.
-¿Te importa entrar a tomar un café?
-Me encantaría, pero papá regresa de Grecia y tengo que estar en el aeropuerto a las cinco. Siento que no hayas podido conocerle. Esperábamos que estuviera de vuelta para la fiesta.
-Otra vez será -comentó ella. Hizo una mueca-. No quiero entrar ahí.
-¡Ánimo, chica! Recuerda que en esta ocasión la víctima es él, no tú. Ahora entra ahí y cuéntale que soy maravilloso y lo mucho que te ha gustado mi familia. ¡Y que estoy a punto de pedirte en matrimonio! Exagera todo lo que te apetezca.
Ella le observó atentamente. -¿Has pensado en hacerte entrenador de un equipo de fútbol profesional?
-Alguna vez, pero primero resolveré tu asunto. Ven aquí. Se han movido las cortinas -murmuró sonriendo.
La acercó y la besó en los labios. -Estupendo.
_____ se echó a reír.
-Como comer algodón dulce. Ahora, entra ahí y dale una ración de su propia medicina.
-Sí, señor.- Le devolvió el beso y salió del coche. -¿Estoy lo bastante despeinada?
-Tienes un aspecto delicioso -dijo él con añoranza-. Bueno, tengo que irme. Mañana te llamo.
-Buenas noches. Gracias por la invitación. Lo he pasado muy bien.
-Yo también, encanto. ¡Adiós!
Le vio alejarse con cierta nostalgia. Era un hombre estupendo. Era una lástima que su corazón perteneciera a aquel pecoso pelirrojo que la esperaba en la casa.
Se volvió con el bolso en la mano y entró. Su padre y Harry estaban sentados en el cuarto de estar hablando. Harry aún llevaba su ropa de trabajo. Debía haber estado con los caballos. Le gustaba ayudar al entrenador de vez en cuando. En su primera juventud, había participado en competiciones de polo y salto de vallas, y era un experto jinete.
-Hola, cariño. ¿Qué tal la fiesta? -preguntó Barnett, sonriendo cuando su hija entró en la habitación.
-Maravillosa -dijo con un exagerado suspiro-. Me encantan la madre y la hermana de Wade. Son muy agradables.
-¿Te refieres a Gladys, la gladiadora, y a Sandra, la serpiente? -preguntó Harry.
-Debería darte vergüenza llamarlas así. Son gente estupenda.
Harry se recostó en el asiento. -Wade debe haberlas amenazado con escribir su autobiografía -murmuró. Sus ojos azules recorrieron la esbelta figura cubierta por el favorecedor vestido blanco y morado. -Me gusta -comentó-. El diseño es muy favorecedor.
-Eso es lo que piensa Wade -dijo ella con una recatada sonrisa-. Voy a cambiarme para hacer la cena, papá.
Miró a Harry de reojo. -¿Te quedas?
-¿Me invitas?
-Tú eres el jefe -le recordó ella, viendo cómo cambiaba su expresión-. No puedo ordenarte que salgas de una casa que es tuya, ¿verdad?
-¡_____! -exclamó Barnett.
-¿No vas a dejarlo nunca? -rezongó Harry.
-Está bien. Nos gustaría que te quedaras a cenar, querido Harry -dijo ella con una tenue sonrisa-. Espero que te gusten el brécol y el hígado, porque es lo que voy a preparar.
ESTÁS LEYENDO
El Ojo del Tigre. °HS°
Fanfiction_____ había estado profundamente enamorada de Harry Styles, un hombre que la había utilizado para vengarse de la mujer que realmente amaba. Cuatro años después, Harry estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para que _____ volviera a amarle. Pero ell...