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Tom





















No quiero sentir jodidas mariposas, no quiero que nadie me haga sentir de esa forma tan grotesca.

Quiero seguir sintiendo malditas lombrices comiéndome por dentro que la amargura se pueda sentir en mi paladar en el momento en que mi lengua toca esa zona, el maldito rencor en sabor propio.





















Dudo mucho que alguien no acepte lo cagando que está toda esta situación que aunque suene algo completamente turbio y que en realidad así lo sea, siempre habrá uno que otro traumado normalizandolo y diciendo que es algo que pasa todos los días en cada casa de este jodido mundo.

Saben que me importa un carajo si les gusta o no soy yo quien se aprovecha de esta situación y soy yo el que ama aprovecharse de las víctimas, si a alguien le gusta mis actitudes ¡felicidades! Cayeron como putas víctimas y no moví ni un jodido dedo para lograrlo Todas son mis pequeñas Victtorias.

- ¡¿Qué mierda haces Tom?! -

- ¿Qué más estaré haciendo Bill?, Pues recibiendo una mamada que no ves -
Pobre Bill Kaulitz su hermano gemelo resultó ser un jodido pederasta y se está devorando a la hija de su novia, me importa mucho el que se haya enterado ¿se nota?

Tan linda la pequeña Victtoria está tan drogada, que ni siquiera se da cuenta de la tercera presencia en la casa.

- Debes estar bromeando Tom -

Bill se acercó a nosotros tomando a Victtoria de los hombros para que se levantará, pero está solo frunció el ceño y se tiró al suelo quedando allí boca arriba con los ojos y una sonrisa boba en sus labios.

Y luego me preguntan como es que me excita tanto esa jodida niña, si hasta parece actriz porno.

- ¿Que crees que haces? Estábamos divirtiéndonos por aquí si querías unirte solo debiste llamarme hermano -

- ¿Que? No Tom estás muy drogado es solo eso -

Claro todos los días estoy drogado Bill, es por eso que siempre ando con ella besándome con ella.

Pensando en ella...

- Quiero ir a casa Tom me siento muy mal y tengo miedo -

No sé si era al alcohol o las sustancias en mi cuerpo pero esas palabras junto a esa voz aguda y temblorosas se adueñaron de mi cuerpo, mi corazón se rompia y sentía una presión en el pecho muy inquietante.

- Ahora mismo te llevaré, no te asustes estoy aquí -
Me subí el boxer a dudas penas y trate de levantarme de mi lugar pero el jodido mareo y dolor de cabeza me tiro de nuevo sobre el sofá, sacándome un quejido de dolor proveniente de los ojos y cuerpo se sentía como si hubiese sido víctima de una estampida de animales salvajes.

- Por supuesto que no, estás muy drogado y no puedo dejar que conduzcas así -

Bill se puso de cuclillas enfrente de Victtoria tomándola con cuidado por debajo de sus brazos haciendo que está a duras penas se levantaba del suelo hasta dejarla sobre el pequeño sofá sentada, allí la miro por unos segundos tocando sus mejillas y frente, totalmente preocupado por ella Bill saco toda la empatía que a mí no me tocó al parecer.

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