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Victtoria
























Siempre pensé que confiar en alguien manipulador y abusivo, me convertía en una estúpida, en una ridícula sin cerebro que no sabe poner límites.

Eso fue, hasta que me explicaron que en realidad la nobleza te hace ser un tonto, te hace alucinar en un cambio que jamás va a suceder. O al menos eso pensé, hasta que lo conocí a él.



















Las drogas te matan, te hacen perder la cabeza y anulan cualquier oportunidad que puedas llegar a tener en la vida. Estamos todos de acuerdo en que nos han enseñado eso a lo largo de toda nuestra infancia.

Pero ¿y si en realidad eso es lo que queremos? ¿El ya no sentir?, ¿el ya no tener oportunidad alguna de salir dañados con decepciones y altibajos que nos puede dar la vida? Porque supongo que algunas vez todos hemos llegado a un punto donde queremos experimentar eso prohibido, pero que pocos se han atrevido a hacerlo.

Si sabes a lo que me refiero, felicidades,

se le llama entrar a la adolescencia desde un ambiente tóxico.

Hablando de ambientes tóxico, estar en un callejón junto a varios adolecentes, fumando un poco de hierba, mientras estamos tirados entre la basura, definitivamente se puede catalogar como algo muy tóxico.

— Pásalo Daniel, no te lo acapares.—
Este me miraba con una sonrisa y me entregaba el cigarrillo, a lo que yo de inmediato le di una calada, pasándolo hacia la chica de mi lado izquierdo. Alisson, para ser más precisa.

— Cada vez estás más exigente, muñeca. Recuerda que el alumno, no puede ir por encima del maestro.—

— ¿No? Entonces debería de bajarme de

tus piernas si es así. Ya sabes, la alumna no puede ir encima del maestro.—
Ambos sonreímos y este se limitó a dar pequeños besos en mis mejillas y cuello, apretando mi cintura con cautela y poca suavidad.

— Ustedes dos me dan mucho asco, ¿lo sabían? Mucha repulsión y sida.—

Miré a Alisson con una sonrisa un tanto cansada, mientras levanta mi pulgar en sinónimo de aceptación. Ya estaba bastante acostumbrada a su actitud sarcástica e irónica, puesto que así la conocí y así va a ser siempre.

Por parte de Daniel era igual, ellos se conocían desde que él se mudó a Los Angeles, incluso ella es su vecina, la que vive en la casa que está enfrente de la de él. Al menos eso me explicó cuando le pregunté sobre su presencia en el callejón

la primera vez que la vi.

— ¿Vas a estar de envidiosa, Ali? Que no se te olvide que nosotros somos iguales o peor que esos dos.—

Interrumpió Luke, quitandole el cigarro a Alisson de las manos.

Esos tenían una relación únicamente sexual, pero Luke siempre le tiraba comentarios como si fueran una pareja. Al parecer él sí está interesado en ella de una forma más cercana, pero ella no parece estar interesada.

Es exactamente lo que sucede entre Daniel y yo, hemos estados teniendo encuentros de este tipo bastante seguido, claro que sin llegar al sexo, pero siempre recalcando que solo es algo pasajero y que en realidad ninguno siente otro tipo

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