MATURITY

030

Tom

  ¿Cómo se supone que pueda vivir, cuando todos los demás ven su mundo en colores, mientras que yo sigo paralizado por verla
a ella?
♤

Maldito problema consumidor y maldito el día en que fui parte de todo. Maldito el día en que me dejé llevar por mi egoísmo y malditos sean los sentimientos que fueron el resultado de aquello.

Haber sido sometido a el abuso sexual de un familiar, debe ser una de las experiencias más asquerosas y horrosas que puede vivir el ser humano. Sentirte asqueroso, manchado y sobre todo, traumado de por vida.

Jodido y repulsivo recuerdo permanente, atacando mi cabeza todos los días, como si hubiese sido el día de ayer donde todo eso ocurrió, cuando en realidad fue hace más de diez años.

Prometo que jamás fue mi intención llamar de esa forma a mi pequeña protegida, es solo que los recuerdos sobre Lorelay, su sonrisa burlona o incluso su insoportable voz, siempre me atrapaban en mis momentos más vulnerables, atacando mi percepción del mundo real o de las personas que tengo enfrente.

De todos, menos de ese hombre que tiene mi apellido y de paso mi cara.

— Bill, ¿puedo quedarme a dormir aquí esta noche? No me he estado sintiendo

bien.—
Odiaba preocupar a Bill y que tuviera miedo por verme recaer en lo mismo, pero estos días han estado siendo tan difíciles para mí, que lo necesito y ya no puedo seguir fingiendo que todo está bien conmigo. Menos con él, que es mi lugar seguro en este mundo.

— Por supuesto que si, sabes bien que mi casa también es tu casa. Quédate el tiempo que quieras.—

A pesar de que su casa quedaba a menos de treinta minutos de la mía, amaba pasar el tiempo con Bill y que este me cuidara como si aún fuera un niño.

Puede que esa manera de pensar sea raro para cualquiera que lo vea de ese modo, pero nunca supe exactamente por qué me encantaba la manera en la que otras

personas podían cuidarme. Brindarme ese apoyo emocional y esos cuidados que haría una madre o un padre.

Tal vez porque esa noche me quitaron lo que me quedaba de juventud.

Asentí con una sonrisa agradecido y me senté a su lado. Recalco y confirmo lo que dije antes, amo pasar el tiempo con Bill, aún así estemos sentado uno al lado del otro, en silencio o hablando cualquier estupidez que se nos venga a la cabeza.

Y hablando de estupideces, como no acordarme de esa pelea tan incomoda que tuvimos con Georg y Gustav, donde literalmente éramos nosotros dos, en contra de ellos dos.

— ¿Te acuerdas cuando tuvimos que ir a terapia por casi dos años, luego de esa discusión con Georg y Gustav?—

Bill me miró con una ceja alzada y una sonrisa burlona, antes de tomar la almohada que estaba a su lado y tirarmela en la cara.
Se veía tan avergonzado, que su rostro estaba de todo tipo de colores.

No lo juzgo, es un tema muy delicado y muy perturbador por lo que tuvimos que pasar, pero aún así siempre agradecemos que Georg y Gustav nos hayan dando el empujón que necesitábamos, para darnos cuenta de nuestro error.