Nuestra "En otra vida". [KyoTan]

CAPÍTULO 10

— ¿Eh? —fue lo único que pudo formular el peli burdeos.

Tanjiro se enrojeció y titubeaba palabras de forma ahogada, pues lo único en lo que pensaba era: ¿Qué significaba eso? ¿Era el alcohol? ¿Rengoku le había dado un beso en la frente? ¿Esas no son cosas que solo hacen las parejas? ¿Qué eran ellos?

— No me pidas que no me preocupe por ti, cuando te ves así. —el rubio entornó los ojos, disfrutaba la vista que Tanjiro le ofrecía.

Aún el peli burdeos no podía controlar la temperatura de su cuerpo, sentía que tenía calor y que su piel ardía.

— Vamos, te acompaño.

Rengoku lideraba el camino mientras que Tanjiro lo seguía en silencio y con la cabeza baja, tenía tanta vergüenza pero no por disgusto, sino porque era la primera vez que alguien lo trataba de esa manera y no sabía que significaba.

Durante el camino, con el paso de los minutos y la fría brisa que parecía controlar el calor corporal de Tanjiro, por fin se animó a hablar viendo la amplia espalda del rubio.

— Rengoku-san... —comenzó con un hilo de voz.

— Kyojuro. —le corrigió con una voz animada.

— E-eeeh... —"tal vez ni se acuerde de esto mañana, dicen que los ebrios olvidan todo..." pensó mientras tartamudeaba— ¿P-por qué dice esas cosas?

— ¡Porque no tienes a nadie que se preocupe por ti!

— ¡AAAH! —Tanjiro dejó de caminar y sintió que un rayo lo golpeó mientras reaccionaba, poniendo sus manos en la cabeza con una expresión incrédula y gritando— ¡No diga eso! ¡Mi madre se preocupa mucho, y Nezuko también! ¡Además tengo amigos, Zenitsu e Inosuke! ¡Mi padre también me ve desde el cielo!

— Si, pero... —esta vez Rengoku se volteó, acercándose a su rostro a la misma altura que Tanjiro— Ahora tienes que agregarme a tu lista, porque yo quiero saber que estás bien.

Eso hizo que el menor se sonrojase nuevamente y pensara en lo cerca que estaba de su rostro.

— ¿Por qué te preocupas tanto...? —Tanjiro no se alejó, solo bajó la mirada— Soy el hermano mayor, es mi deber...

— ¡Yo también soy el hermano mayor! —sonrió Kyojuro, esta vez se colocó en cuclillas frente a menor, haciendo que en la diferencia de altura, el rubio sea más bajo y alzara su vista hasta Tanjiro— Tenemos muchas cosas en común creo, eres muy responsable y eso me agrada de ti. Siempre hablas de tu familia. Pero te sobre exiges sin dejarte sentir —esta vez acercó su mano al rostro del peli burdeos y acarició muy sutilmente la cicatriz que aún estaba fresca—, mírate, nunca te vi llorar por esto. Seguro dolió mucho.