¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¡Por favor, acepta mis sentimientos!
Había una una joven frente a Kyojuro que le entregaba una carta efusivamente, extendiéndosela con las dos manos y haciendo una reverencia.
Kyojuro sentía la obligación de recibir aquella carta, pero lo hacía lentamente y con dudas, pues no era bueno rechazando a las damas que se confesaban. No era la primera vez, de hecho, era algo ya bastante trillado de hacer desde su preparatoria anterior. Cada San Valentín era para él exhaustivo, pues trataba de no lidiar con esto, pero a pesar de llevar solo un mes acá, parecía que tenía que volver a vivirlo.
— Lo siento mucho —respondió bastante neutral, no quería herirla—, no puedo corresponder a tus sentimientos.
Y con ello, el día transcurrió normalmente para el rubio con la única excepción de que esperaba cruzarse con el joven de cabellos burdeos, a quien no vio ni por casualidad. Al final del día, cuando se dirigía al club, tampoco pudo ver a quien esperaba. Tomioka durante los estiramientos anunció que su asistente Tanjiro se disculpaba por no poder estar presente ya que se sentía mal.
Esto hizo reaccionar al rubio, quien se preguntaba el por qué se sentía mal Tanjiro. ¿Acaso seguía evitándolo? ¿Se había propasado al darle una muestra de afecto? Si, recordaba todo con claridad. Solo había tomado tres o cuatro sakazuki¹, nada que no pudiese soportar al ser común para él gracias a los rituales familiares tradicionales para honrar a sus antepasados.
Kyojuro se sentía estancado con el menor, lo cual lo estaba frustrando lentamente. Pensaba en lo difícil que era acercarse a el, pero también le divertía un poco que fuera como un juego. Pronto tendría que resolver esa distancia que los separaba, pero por el momento se resignaba a cumplir con su papel.
(...)
Habían pasado ya un par de días desde que Tanjiro evitaba cruzarse a toda costa con Kyojuro, cada vez que lo veía de lejos sentía punzadas en su corazón; incluso en el club de natación evitaba estar cerca de él o de su carril, así que se acercaba a Tomioka para los consejos.
Pero estar cerca de Kyojuro y no emocionarse era inevitable para él, sentía a flor de piel todos los momentos en lo que habían rozado sus manos o las veces que el rubio revolvía sus cabellos y se le aceleraba el corazón, pero le dolía el pecho y le costaba respirar cuando veía que el rubio siempre sonreía con todos a su alrededor. ¿Por qué pensaba que sonreía así solo con el? Era claro que era parte de su personalidad y no era especial entre ellos dos.
El peli burdeos aún no se animaba a contarles a sus amigos su sentir, sentía que Zenitsu estaba más preocupado por otro tipo de cosas y que le fastidiaría a Inosuke, pero aún así ellos dos sabían que había algo malo en Tanjiro, pues tenían otros sentidos que les permitían darse cuenta.