CAPÍTULO 7

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Su ramen instantáneo estaba listo, Tanjiro se encontraba en la mesa, rodeado de sus hermanos todos felices

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Su ramen instantáneo estaba listo, Tanjiro se encontraba en la mesa, rodeado de sus hermanos todos felices. Nezuko calentaba agua para bañarse, la terma se había dañado.

Tanjiro oía voces lejanas.

Alguien lo llamaba, quizás...

Pensaba en lo mucho que quería que la tierra lo tragase y lo escupiese en otro planeta. ¿Marte tal vez? O Saturno... Estaba perdido en sus pensamientos para no morir de vergüenza...

— ¡HERMANO! —Nezuko gritó—¡CUIDADO!

Lo siguiente que supo fue que a Nezuko se le caía su olla de agua hirviendo encima de su hermano menor Rokuta, el espacio era tan pobre en la cocina que había tropezado con uno de los pocos juguetes que tenía el menor de los hermanos. Tanjiro reaccionó con la velocidad de la luz, en un parpadeo había protegido a su hermano menor pero la olla chocó con su frente justo donde tenía una pequeña marca de nacimiento, y un poco de agua hirviendo le salpicó.

Al tener contacto con la superficie caliente de la olla, la primera y segunda capa de su piel se levantó dolorosamente, haciendo que se enrojeciera y sangrara por el golpe.

Y de ahí su memoria fue borrosa.

(...)

Abría sus ojos lentamente, veía borroso una luz que lo cegaba. Oía voces a lo lejos, se oía casi como susurros. Los aromas que lo rodeaban eran de alcohol etílico y desinfectante de piso, luego reconoció el aroma particular de su familia. Al abrir bien los ojos y parpadear un par de veces, se levantó de golpe. Vio a su familia preocupada por el y sintió un terrible dolor de cabeza, a la vez que le venían los recuerdos.

Su familia se emocionó, estaban felices de que despertara en la sala de emergencias. No había transcurrido mucho tiempo desde Tanjiro perdió la conciencia y ahora se encontraba con un vendaje en su cabeza.

El doctor le explicó su lesión que dejaría marcas y debía evitar maltratar su rostro, por el momento no podía meterse en la piscina cuando el menor le indicó que estaba en ese club, lo cual tranquilizó a Tanjiro ya que tenía una excusa para no ir. También le explicó que tenía que tomar un par de pastillas y ver la evolución de la cicatriz, ya que estéticamente podría verse afectado su rostro.

Aún así, Tanjiro pensó en todas las facturas que eso suponía así que sacó la mejor de sus sonrisas y le hizo saber al doctor y su familia que se sentía conforme con cómo se veía y que no sería un problema, pues desde antes tenía una marca de nacimiento similar a una cicatriz, así que no habría mucha diferencia. Además, con una crema se solucionaría.

Su madre no estuvo muy de acuerdo, pero quería que su hijo descansara apropiadamente y luego hablarían de ello, pues Tanjiro tenía una cara angelical y se sentía culpable por no estar 100% del tiempo presente para ellos. Tenía que hacer más esfuerzo para que su hijo no tuviese problemas.

Nuestra "En otra vida". [KyoTan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora