El viento helado de invierno azotaba las calles de la ciudad, haciendo que Jennie se ajustara su bufanda de lana alrededor del cuello. Caminaba junto a Lisa, que a pesar del frío, tenía las manos húmedas y resbaladizas.
—Jennie, ¿te imaginas si los copos de nieve fueran de algodón? —preguntó la más alta con su típica sonrisa juguetona.
Ella levantó una ceja y rodó los ojos, aunque no pudo evitar sonreír un poco ante la ocurrencia de su novia. Pero su humor se desvaneció rápidamente cuando la otra tomó su mano.
—¡Lisa, otra vez con las manos sudadas! —exclamó la bajita, soltándose rápidamente—. ¿Cómo puedes tener las manos así en pleno invierno?
La susodicha se encogió de hombros, con una expresión de inocencia difícil de creer.
—Tal vez es porque estoy nerviosa cuando estoy contigo —dijo la juguetona, acercándose para intentar tomar la mano de su novia de nuevo, esta vez con más cuidado.
Jennie suspiró, cruzando los brazos sobre el pecho para evitar el contacto.
—De verdad, necesitas hacer algo al respecto. Es... desagradable —susurró, tratando de sonar más seria de lo que realmente se sentía.
La mirada de la joven era de ojos grandes y tristes, como un cachorro regañado.
—Lo siento. Prometo que lo intentaré, pero... —de repente, una sonrisa traviesa apareció en su rostro—. ¿Sabes? Hay una manera de hacer que te olvides de mis manos sudadas.
Jennie frunció el ceño, curiosa pero desconfiada.
—¿Ah, sí? ¿Y cuál sería esa maravilla?
Sin previo aviso, Lisa se acercó rápidamente y le plantó un beso en los labios. Fue un beso suave pero lleno de calidez, suficiente para hacer que ella se olvidara momentáneamente de todo, incluyendo las manos sudadas.
Cuando Lisa se retiró, Jennie estaba un poco aturdida, su rostro se había sonrojado como una fresita y una sonrisa tonta apareció entre sus labios rosados.
—Bueno, eso... eso fue... —intentó recomponerse, pero no pudo evitar reírse—. Está bien, supongo que puedo vivir con tus manos sudadas... por ahora.
Lisa sonrió ampliamente, orgullosa de su triunfo.
—¿Lo ves? Siempre tengo una solución para todo.
Jennie negó con la cabeza, pero no pudo evitar sentirse feliz. Caminando juntas bajo la suave ventisca que daba esta temporada del año y las luces navideñas brillando a su alrededor.
—¿Sabes qué? —dijo Jennie de repente—. Vamos a comer un helado. — Lisa la miró, sorprendida.
—¿Helado? ¿En invierno?— Jennie asintió, con una sonrisa traviesa.
—Sí, ¿por qué no? Además, tal vez el frío te ayude con esas manos sudadas. — Lisa rió, aceptando la propuesta con entusiasmo.
Las dos se dirigieron a una pequeña heladería que estaba decorada con luces festivas y copos de nieve de papel. Entraron, la campanilla haciendo aviso de su entrada, dejando que el cálido aroma de los conos de helado y el té caliente las envolviera.
—¿Qué sabores quieres? —preguntó Jennie, mirando la variedad de helados.
Lisa se inclinó sobre el mostrador, observando con ojos brillantes.
—Creo que iré por chocolate.
Jennie sonrió y pidió dulce de leche para ella. Se sentaron en una mesa junto a la ventana, observando cómo la nieve caía suavemente afuera mientras disfrutaban de sus helados.
—Esto es perfecto —dijo la más alta, saboreando una cucharada de helado mientras observaba las mejillas rellenitas de la castaña—. Gracias.
Ella se encogió de hombros, pero no pudo evitar sonreír. —No hay de qué.
Lisa rió y tomó la cuchara de su helado y, con ternura, la acercó a la boca de Jennie.
—Prueba un poco del mío, está delicioso.
Jennie aceptó la cucharada, sonriendo con dulzura.
—Está muy rico, Lili. — En un momento juguetón, ensució un poco la nariz de Jennie con helado, causando una risa suave y un brillo especial en sus ojos.
—¡Lisa! —jadeó, intentando limpiarse la nariz mientras reía—. ¡Eres imposible!
—Déjame ayudarte —dijo, acercando sus labios a la zona para empezar a regar besos dulces, saboreando lo empalagoso del helado mientras aspiraba el dulce aroma de fresas que llevaba su linda novia.
Jennie la observó con una mezcla de diversión y ternura. Sentía cómo el corazón le latía un poco más rápido y sus mejillas se encendían hasta más no poder, haciendo que sus ojitos temblaran un poquito mientras soltaba una risita nerviosa por las cosquillas de los picoteos.
—Te amo —murmuró Jennie, tocando suavemente la mano de la otra.
Lisa entrelazó sus dedos con los de Jennie, olvidándose por un momento de la sudoración que tanto preocupaba a su compañera.
—También te amo, bebé—respondió la alta, mirándola a los ojos—. Solo quiero verte feliz.
Jennie sintió un calor reconfortante en su interior, uno que ni el helado ni el frío invernal podían disipar. Bajo la suave caída de la nieve y las luces festivas que iluminaban la heladería, compartieron un momento que, aunque sencillo, se sintió perfecto y eterno.
Las dos se quedaron un rato más, disfrutando del helado, las risas y la compañía mutua en su propio mundo de amor.
🍪; El fanfic lo tengo completo,
subiré un capítulo por día.
¡Los amo mucho! ᵔᴗᵔ
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hands! | jenlisa
Fanfiction❝ Donde Jennie odia las manos sudorosas de su linda novia Lisa. ❞ -¡Manobal, quita tus manos sudadas de encima de mí! -¡Ey, no finjas que te desagradan! ★ . .⃗ ༉ 10 capítulos | epílogo Soft | Comedia Lisa top | Jennie bottom