Capítulo 07

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El invierno había dejado su huella en la ciudad mientras que la primavera empezaba a tomar terreno por la ciudad

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El invierno había dejado su huella en la ciudad mientras que la primavera empezaba a tomar terreno por la ciudad. El viento afuera gemía suavemente, como una melodía lejana que apenas lograba perturbar la serenidad de la noche. Dentro de su pequeño refugio, Jennie y Lisa habían decidido entregarse a una de sus tradiciones favoritas: una maratón de películas de Studio Ghibli, una elección que siempre lograba transportarlas a mundos mágicos, lejos de cualquier preocupación.

Envuelta en una cálida manta de lana, Jennie descansaba en el pecho de Lisa, sintiendo los latidos constantes y tranquilizadores bajo su oído. Mientras los créditos de "Mi vecino Totoro" se desplegaban en la pantalla, la suave música final envolvía la habitación en una atmósfera de paz.

—Nunca me canso de esta película —murmuró la castaña, cerrando los ojos por un momento mientras absorbía la calma que la rodeaba.

—Es imposible cansarse de algo tan puro y mágico —respondió Lisa con una sonrisa, deslizando sus dedos por el sedoso cabello de Jennie—. Pero la noche aún es joven. Nos esperan más aventuras.

Jennie, sintiéndose completamente segura y amada, se acurrucó aún más contra el fortachón pecho de la tailandesa, dejando que el perfume familiar de su novia la envolviera. Ese aroma, una mezcla de sutiles flores y canela, representaba por completo la dulce y fuerte personalidad de Lisa,

—¿Qué ponemos ahora? — Estiró la mano con pereza hacia el control remoto.

La pelinegra, siempre rápida, lo tomó antes de que Jennie pudiera alcanzarlo, su risa resonando con suavidad en la habitación.

—¿Qué te parece "El viaje de Chihiro"? —sugirió Lisa, sus ojos brillando con la expectativa de ver la reacción de su novia—. Siempre te hace llorar.

—No es cierto —protestó Jennie, frunciendo los labios en una adorable mueca de disgusto—. Solo... me emociona, eso es todo.

Lisa sonrió ante su respuesta predecible. Sabía que tras esa fachada de dureza, su novia era todo corazón, y ver sus emociones tan expuestas era una de las cosas que más amaba de ella.

Mientras la icónica banda sonora comenzaba a llenar la sala, Lisa tomó la mano de Jennie, entrelazando sus dedos con los de ella en un gesto de ternura. Sin embargo, Jennie frunció el ceño y trató de apartar la mano casi de inmediato.

—Estás sudando otra vez —dijo, su tono entre una ligera queja y una broma.

Lisa soltó una carcajada baja, apretando la mano con más fuerza en lugar de soltarla.

—Siempre te quejas de eso. ¿Por qué te molestan tanto mis manos sudadas? —preguntó Manobal, su voz cargada de genuina curiosidad.

Jennie suspiró. Era una conversación que había evitado por mucho tiempo, no porque la incomodara, sino porque le recordaba algo que prefería mantener en el olvido. Pero ahora, con Lisa mirándola con esos ojos llenos de amor y paciencia, decidió que era momento de compartir ese fragmento de su pasado.

hands! | jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora