Prólogo.

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— ¿Cuántas veces más vas a herirme con tus palabras? ¿Cuántas veces más vas a hacerme sentir que no valgo nada?- Sus ojos se llenaron de lágrimas, su voz temblaba.

— No es mi culpa que hayas decidido vivir esta mentira, Nicola. Fuiste tú quien decidió manipular todo a tu alrededor.- Luke cruza los brazos, su expresión es fría y despectiva.

— Luke, yo hice todo por amor. Todo lo que soy, lo que he hecho, ha sido por ti. - Nicola da un paso hacia él, extendiendo una mano temblorosa.

—¿Amor? ¡No me hagas reír! Lo que sientes es obsesión, Nicola. Una obsesión enfermiza que solo ha traído desgracia a nuestras vidas.- Luke da un paso atrás, alejándose de su toque, su voz cargada de desprecio.

—Tú no entiendes lo que es amar con tanta intensidad, Luke. Te has encerrado en tu propio mundo de odio y resentimiento.- Ella se abraza a sí misma, intentando encontrar consuelo en sus propias palabras.

— Tal vez sea cierto, pero al menos mi mundo no está construido sobre mentiras y engaños. A diferencia del tuyo.- Luke señala a Nicola con el dedo, su mirada llena de acusación.

— ¿Por qué no puedes ver más allá de mis errores? ¿Por qué no puedes darme una oportunidad de redimirme? - Nicola se abraza a Luke, su voz suplicante.

— Porque cada vez que te he dado una oportunidad, la has destruido con tus acciones. No puedo confiar en alguien que solo trae caos.- Luke mira hacia otro lado, su expresión endurecida.

—¡Por favor, Luke! No me dejes así. No me trates como si fuera la peor persona del mundo.- Nicola agarra la mano de Luke, sus ojos brillando con desesperación.

—¿La peor persona? Eres mucho peor que eso, Nicola. Eres una manipuladora, una mentirosa. Alguien incapaz de amar de verdad. - Luke retira bruscamente su mano, su voz cargada de ira.

— ¡Eso no es cierto! Todo lo que he hecho ha sido por amor a ti.- Nicola se levanta, su voz elevándose con pasión.

— No quiero tu amor. Nunca lo quise. No entiendo como te cabe en la cabeza que podrías competir en contra de Ruby, es insólito. Mírate. - su voz cargada de una mordaz ira se suavizó, cuando vio en su rostro el impacto de sus palabras. — Solo quiero que me dejes en paz. Tu presencia es un veneno que destruye todo a su paso.- Luke se da la vuelta, alejándose de ella con paso apresurado.

Nicola se deja caer en el piso, el vestido de seda blanca, estaba sucio y mojado, desgarrado, por el hombre que creyó se daría la oportunidad de amarla. Que ingenua era ¿quién se detendría a mirarla? Tan siquiera. Que la amasen era mucho pedir, ni siquiera su madre lo hacía, ni siquiera ella misma se amaba, cuando sentía la urgencia demoledora de correr tras ese hombre y suplicarle que no fuera a los brazos de esa otra.

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Bueno, siento mucho informarles que aquí Nic, va a sufrir mucho.

Y lamento que la Ruby de aquí será muchísimo más insoportable y desgraciada.

Nos vemos pronto niñas.

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