La mansión donde Max había llevado a Sergio estaba escondida en un denso bosque, un lugar perfecto para mantener a su prisionero oculto del mundo. La estructura era imponente, con altas paredes de piedra y ventanas angostas. Max había elegido este lugar cuidadosamente, sabiendo que sería difícil de encontrar y aún más difícil de escapar.
Dentro de la mansión, Sergio se encontraba en una lujosa pero opresiva habitación. Max había dispuesto todo para su "confort", pero la opulencia solo servía para recordarle la prisión en la que estaba atrapado. Sergio se sentó en el borde de la cama, sus pensamientos oscilando entre la desesperación y la determinación de encontrar una salida.
Max entró en la habitación, su rostro una máscara de preocupación mezclada con posesividad. Se acercó a Sergio y se sentó a su lado, su mano acariciando suavemente la cintura de Sergio.
—Cariño, lo hice todo por nosotros, por nuestro éxito. Tarde o temprano sé que lo entenderás—dijo Max, su voz suave pero cargada de un tono autoritario— Te amo y no puedo permitir que nadie te aleje de mí.
Sergio apartó la mirada, su corazón latiendo con fuerza. A pesar de todo, aún había una parte de él que anhelaba el amor de Max, aunque sabía que ese amor estaba envenenado.
—Max, esto no está bien. No puedes retenerme así —respondió Sergio, tratando de mantener la calma.
Max suspiró y le tomó la mano a Sergio, apretándola con fuerza.
—Lo sé, pero lo que tenemos es especial. Nadie entiende lo que sentimos el uno por el otro. Déjame demostrarte que todo lo que hice fue por nuestro bien.
La proximidad de Max hacía que Sergio se sintiera atrapado. Intentó liberarse de su agarre, pero Max lo sostuvo con más fuerza, acercándose aún más.
—Max, por favor... —susurró Sergio, sus palabras apenas audibles.
—Shh, todo estará bien cariño. Confía en mí —murmuró Max, antes de inclinarse y besar a Sergio con pasión.
Sergio se debatía entre la necesidad de resistir y el deseo que aún sentía por Max. Los besos de Max eran intensos, cargados de una mezcla de amor y posesividad. Sergio sabía que tenía que mantener la calma, ya tendría el momento adecuado para escapar y si eso incluía aceptar acostarse con Max para mantener a este bajo control. Lo haría.
Lewis estaba furioso. La captura de Sergio había encendido una llama de venganza aún más intensa en su interior. Reunió a sus aliados en una sala de guerra improvisada, mapas y documentos esparcidos por todas partes.
—Tenemos que desestabilizar a Max. Atacaremos sus empresas una por una hasta que no le quede nada—ordenó Lewis, su voz firme y decidida.
Charles, Carlos, Lance, Oscar y Pato asintieron, aunque algunos de ellos empezaban a cuestionar los métodos de Lewis.
ESTÁS LEYENDO
Amanecer en la Oscuridad | Chestappen |
FanficSergio Pérez y Max Verstappen parecen tenerlo todo: éxito, riqueza y un matrimonio perfecto. Pero cuando Max revela su lado oscuro, Sergio se ve atrapado en una espiral de dolor y desconfianza. Entra en escena Lewis Hamilton, el enemigo jurado de Ma...