Amanecer en la Oscuridad | Chestappen |

Capítulo 9: Infiltración y Traición

La noche era oscura y silenciosa mientras Sergio, Lewis, Charles, Carlos, Lance, Oscar y Pato se reunían en el lugar acordado. Sabían que esta misión era peligrosa, pero también que era necesaria para debilitar el poder de Max de una vez por todas.

"Esta es nuestra oportunidad," dijo Lewis, revisando el plan una vez más. "La información que obtengamos esta noche podría ser la clave para derribar a Max."

Sergio asintió, su rostro tenso pero decidido. "Tenemos que ser rápidos y precisos. No podemos permitirnos ningún error."

La operación se llevó a cabo con precisión. Charles y Carlos lograron desactivar las alarmas y cámaras de seguridad, permitiendo que el grupo se infiltrara en las instalaciones sin ser detectados. Lance y Pato se encargaron de vigilar el perímetro, asegurándose de que no hubiera sorpresas.

Dentro del edificio, Sergio y Lewis se dirigieron a la oficina central, donde esperaban encontrar pruebas incriminatorias. Trabajaban en silencio, cada uno concentrado en su tarea.

De repente, un ruido los alertó. Sergio levantó la mano, indicando a Lewis que se detuviera. "¿Oíste eso?" susurró.

Lewis asintió, tomando su arma y avanzando con cautela. La tensión en el aire era palpable.

Max, en su mansión, revisaba los informes de sus guardaespaldas. Su paranoia había alcanzado un nuevo nivel, y no confiaba en nadie. Cada pequeño indicio de traición lo ponía al borde de la locura.

"Encuentra a Sergio," ordenó a sus hombres. "No me importa cómo lo hagan. Quiero saber qué está planeando."

En las instalaciones, Sergio y Lewis encontraron lo que buscaban: documentos y grabaciones que detallaban las operaciones ilegales de Max. "Esto es más de lo que esperábamos," dijo Lewis, sorprendido por la cantidad de pruebas.

"Tenemos que sacarlo de aquí," respondió Sergio. "Esto es suficiente para hundirlo."

Justo cuando estaban a punto de salir, una alarma sonó. "¡Nos han descubierto!" exclamó Charles por el comunicador. "¡Salgan de ahí, rápido!"

La situación se volvió caótica. Lance y Pato intentaban mantener a raya a los guardias mientras Sergio y Lewis se apresuraban a salir con las pruebas.

En la mansión de Max, una llamada urgente interrumpió sus pensamientos. "Señor, hemos detectado una intrusión en una de nuestras instalaciones. Estamos manejando la situación."

Max sintió una oleada de furia. "¡Encuentren a esos bastardos y tráiganlos ante mí! ¡Nadie me traiciona y sale impune!"

La fuga fue frenética y casi imposible. A pesar de los esfuerzos de sus amigos, Sergio y Lewis se encontraron rodeados. "Tenemos que salir de aquí," dijo Sergio, su voz llena de urgencia.

Lewis miró a su alrededor, buscando una salida. "Por aquí," dijo, señalando una puerta trasera. "Sígueme."

Después de una carrera desesperada, lograron escapar, pero no sin sufrir algunas bajas. Oscar había sido herido, y Charles apenas logró salir ileso.

"Lo logramos," dijo Sergio, jadeando. "Pero no sin costo."

Lewis lo miró con seriedad. "Esto aún no ha terminado, Sergio. Pero con estas pruebas, tenemos una verdadera oportunidad de derrotar a Max."

Sergio asintió, sintiendo una renovada determinación. Sabía que el camino por delante sería difícil, pero también sabía que no estaba solo. Con sus amigos y aliados a su lado, estaba dispuesto a enfrentar cualquier desafío.

Mientras Sergio y los demás planificaban su siguiente movimiento, Lewis se encontraba solo en su oficina, revisando las pruebas que habían obtenido. Su rostro estaba sombrío, y una oscura determinación ardía en sus ojos.

Miró una fotografía en su escritorio: su padre, sonriendo, junto a una versión más joven de sí mismo. Un nudo de ira y tristeza se formó en su garganta mientras recordaba el día en que su padre fue asesinado. Sabía que Max había ordenado el asesinato para eliminar a la competencia en sus negocios y ese conocimiento lo había consumido desde entonces.

"Max, pagarás por lo que hiciste," murmuró Lewis, apretando los puños. "No solo te quitaré todo lo que amas, sino que te destruiré hasta que no quede nada de ti."

A pesar de su creciente atracción por Sergio, Lewis no podía dejar de lado vengar la muerte de su padre. Había esperado tanto para esto, que ya podía saborear la satisfacción de ver a Max hundido, no solo eso, también le quitaría al amor de su vida y sería de él, solo de él, checo sería suyo. Lo haría su esposo y el padre de su hijo. Que suerte tenía que ese hijo de puta de Verstappen aún no haya formado una familia con Sergio. Vaya Imbécil.

 Usaba su encanto y manipulación para mantener a Sergio cerca, asegurándose de que el mexicano se sintiera apoyado y protegido, pero sin revelar sus verdaderas intenciones.

El fin estaba cerca.

Una noche, mientras Sergio revisaba los documentos en el loft seguro, Lewis se acercó. "¿Cómo estás, Sergio?" preguntó con suavidad.

Sergio levantó la vista, visiblemente cansado. "Es difícil, Lewis. A veces siento que no puedo seguir adelante."

Lewis puso una mano en el hombro de Sergio. "Lo estás haciendo muy bien. Max no tiene idea de lo que se le viene encima. Y con nosotros juntos, no podrá detenernos."

Sergio asintió, agradecido por el apoyo. "Gracias, Lewis. No sé qué haría sin ti."

Lewis sonrió, pero había algo en su ojos que lo hacía diferente. "Siempre estaré aquí para ti, Sergio. Siempre."

Max continuaba su descenso hacia el descontrol. Las cosas no estaban saliendo a su favor, estaba rodeado de incompetentes Había reforzado la seguridad en todas sus propiedades y ordenado vigilancias constantes. Sabía que el plan en su contra estaba dando frutos. Todo lo que es suyo se le estaba escurriendo como agua entre sus dedos.

Su imperio estaba en peligro y la idea de perderlo todo lo volvía aún más peligroso.