Capitulo 4

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"¿Juntos?"

Mientras intentaba perderme entre la maleza mi oxígeno se iba acabando, mi pecho subía y bajaba sin cesar, y podía escuchado los latidos de mi corazón en mis oídos.  Me gire y aún veía a Iván detrás mío corriendo como loco al igual que yo.

De pronto sentí como mi cuerpo se desplomó cayendo entre ramas y haciendo que gimiera de dolor mientras asobaba mi pie inspeccionando la situación, había pisado una zanja. Iván se detuvo en seco al verme y con un semblante preocupado se acercó a mí poniéndose de rodillas.

-¿Estás bien? —preguntó mientras me inspeccionaba, asentí con una mueca de dolor y este solo suspiro — ¿puedes doblarlo?

-Creo que sí —dije tratando de dar leves movimientos con mi pie afectado, me dolía mucho pero era soportable.

-Ven —dijo el para después intentar levantarme tomándome desde mis axilas para tirar hacia arriba. Fruncí mi ceño y enseguida le di un manotazo. El me miró confundió y se alejó — solo intento ayudarte, ¿okey?

-No me toques —dije molesta tratando de ponerme de pie, lo cual era inútil ya que había tierra y ramas que lastimaban las palmas de mi mano al intentar apoyarme en estas para levantarme sin poner mucha presión en mis pies. En un último intento Iván volvió a su acción levantándome de las axilas, tambalee un poco pero logré apoyarme en ambos pies.

-Trata de caminar —ordenó serio, mirándolo mal hice caso y di unos cuantos pasos asegurándonos de que mi pie estuviera bien y no hubiese fractura o algo por el estilo. — Espero que para la otra hagas caso y no salgas corriendo como una loca.

-¿Loca yo? —pregunté incrédula — tu eres el loco que me estaba siguiendo, te dije que dejaras de seguirme y tú de necio no me dejaste en paz, querías venir detrás de mí acosándome.

-Brincos dieras —me miró molesto y se dio la media vuelta, ahora piensa irse y dejarme sola, ya después de que hizo que tropezara.

-¿Ahora si te vas? —se detuvo en seco y pude escuchar como suspiró pesadamente, se giró llevando sus dedos a su frente dando un leve apretón y me miró.

-Camina —dijo sin más.

-Yo no me voy contigo, solo digo que ¿por qué chingados me sigues? Si al final de cuentas te ibas a ir, ¿esto querías que algo me pasara y burlarte de mí? —Cuestione molesta a lo que el frunció el ceño negando desesperadamente.

-Te seguí porque sabía que no conocías, te pudo haber pasado algo peor, solo trataba de ayudarte y cuidarte —dijo en su defensa lo cual me resultaba casi que falso.

-¡Pues ya viste que no me pudiste cuidar! ¿Qué no ves? Me caí por tu puta culpa, y manche mi ropa —el inspeccionó mi conjunto de color blanco y hizo una mueca— ¿Y desde cuando te interesa cuidarme? No seas hipócrita.

-¿Quieres callarte ya? Gritas mucho —dijo molesto, boquiabierta lo miré apunto de protestar pero este se acercó tomándome de las muñecas— ¡Que camines!

-¡Que me sueltes Iván! —dije forcejeando.

-Eres terca Stefanya —dijo entre dientes — tenemos que regresar a la casa.

-Pues vete déjame, para que quiero llegar contigo eres un odioso

-Bien —dijo finalmente soltándome— ojalá y te caigas otra vez.— Y sin más se fue dejándome con la palabra en la boca, ¿pero y este que se cree?

PERFUME A CELOS •IAG•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora