Capitulo 5

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"Tu y yo"

-Tu nunca vas a dejarme hablar —preguntó Iván un tanto molesto cansado ya de mis insultos, desde que caminábamos de regreso a casa no paraba de maldecirlo y decirle lo odioso que es, y cuando deseaba no tenerlo cerca nunca más.

-¡No! No te mereces ni eso —dije finalmente para guardar silencio. Y seguir caminando, de un momento a otro Iván aceleró su paso quedando delante de mí dejándome atrás, pareciera enojado. Sin dejar de seguirlo a paso veloz temiendo a perderme y que algo realmente ahora me pase lo seguí hasta poder divisar la luces encendidas de la gran casa ya que el cielo estaba oscureciendo.

Ambos entramos, y el emprendió camino hacia las escaleras y yo a la cocina, ahí se encontraba Diego Ovidio y Alfredo, quienes se giraron rápidamente a mirarme con el ceño fundido .

-¿En dónde estabas Fany? Estábamos preocupados —preguntó mi hermano llegando hasta a mi y inspeccionándome de pies a cabeza.

-Estaba tratando de conseguir señal

-No me digas que para hablarle a ese pendejo —dijo mi hermano rodando los ojos.

-Quédate tranquilo, y igual puedes irle con el chisme a mis papás, ya no estamos juntos—dije con desdén mientras miraba fulminante a los presentes — Gracias a todos el desmadre que hay ahora piensa que soy novia de Ovidio.

-¿¡Qué!? —preguntó Ovidio exaltado.

-El no sabes de nuestra amistad Ovidio así que piensa que tú y... —fue interrumpida por una falsa carcajeada de mi hermano mayor.

-¡Que no se haga pendejo! El sabía perfectamente de quién eras hija, el sabía cómo era mamá y papá. No vive bajo una piedra como para no saber las cientas de cosas que se dicen de nuestra familia.

-¡Si! Pero el no sabía el también tenía contacto con los del cartel, y menos que yo me juntaba con uno —dije histérica tratando de explicar de la manera más tranquila lo que pasaba pero para ser honesta era imposible, estaba furiosa, todo está era culpa de la estúpida cena de mi padre, si yo no hubiese ido estaría feliz en Culiacán con mi empleo y el amor de mi vida.

-Pues ese ya sería problema tuyo, ¿por qué no se lo contaste? ¿O acaso nunca supo que incluso anduviste con uno de ellos?

-¡Diego ya cállate! ¡Me estresas! Solo hablas para contradecirme y realmente no entiendes nada —dije para darme media vuelta molesta y irme casi corriendo a las escaleras.

[...]

-Pase —hablé en voz alta al escuchar que tocaban la puerta, cubriéndome un poco más con la cobija, solo esperaba no fuese Diego porque tenía suficiente con el pesado de Iván.

-¿Todo bien? —escuché a Ovidio desde la puerta, me descubrí incorporándome en la cama asintiendo levemente.

-Si, no te preocupes—contesté— ¿qué haces despierto? Ya son las —hice una pausa para mirar la pantalla de mi teléfono— son las 12:05 a.m

-Si, pero no podía dormir, la neta me siento mal que hayas terminado con tu novio por culpa mía..

-Ovidio no te preocupes —suspire restándole importancia, en realidad las disculpas de Ovidio no cambiaría la situación pero es un gesto lindo — en verdad, no pasa nada, tarde o temprano iba a pasar.

PERFUME A CELOS •IAG•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora