Capitulo 15

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"Cartagena"

Finalmente estaba instalada en una de las cómodas habitaciones del penthouse. Y ahora me encontraba frente aquel ventana viendo hacia la playa mientras bebía un poco de jugo de piña que Ovidio y Diego habían comprado.

-Se entoja un ceviche en una de esas palapas —habló Ovidio llegando a donde yo estaba admirando de la misma forma la vista al mar.

-Stefanya me habló mi papá —anunció Diego haciendo que me girara a verle —le di tu número de teléfono les dije que tenemos nuevos celulares y quedó de llamarte.

-Muy bien, ¿ya vienen?

-No, siguen con el asunto de mi mamá , dijo que después de Cartegana si todo salía bien podíamos ir a verlos. De echo ya mandó por el chaparro —dijo refiriéndose a nuestro hermano menor, ese era su apodo de cariño— ya sabes que mi mamá no vive sin el, así que ya se lo llevarán con ellos.

-Ya veo... —murmure. Sospecho que mis padres tenían todo fríamente calculado y que no era mera coincidencia que en una situación como esta les surgiera pendientes en Europa, siento que ellos sabían perfectamente lo que tardarían ahí y no me dijeron la verdad para no llevarme, en fin.

-Ya llegamos —el abrir de la puerta principal y la voz de Alfredo me sacaron de mis pensamientos viendo como llegaba y detrás de él venía Iván quien no se miraba nada contento.

-¿Qué tanto hicieron? Pensé que solo iban a recepción — dijo Ovidio al mirarlos llegar.

-Si pero Iván se quedó hablando con Fernando, mañana por la noche se hará una cena para hablar con la nueva inversionista y conocerla, y proceder con la construcción de los condominios .

-¿hasta mañana? —cuestioné.

-Si, así que hoy no tenemos pendientes y mañana tampoco, hasta la noche. Vallan pensando en que hacer —sugirió Alfredo caminando hasta la cocina para servirse un poco de jugo.

-Yo estaba pensando en ir a una palapa y comer no sé... un ceviche —propuso Ovidio.

-Yo me apunto —mi hermano le hizo segunda y seguido de el Alfredo quien asintió con la cabeza mientras le daba un sorbo al jugo.

-Bueno me avisan, iré a descansar un rato —habló Iván finalmente dejando unos papeles sobre la mesa que se encontraba en el centro de la sala de estar, para después arrastrar sus maletas por el pasillo de las habitaciones.

-Le olvidamos decir que solo hay cuatro habitaciones —murmuró Ovidio.

-¿Qué? ¿Cómo que cuatro? —Alfredo dejó de beber su jugo viendo incrédulo a Ovidio.

-Si, uno es de la Fany, el otro mío, el otro de Diego y pues creo que el otro de Iván.

-¡Ni de pedo! —Alfredo dejó aquel vaso sobre la isla de la cocina y a paso veloz fue detrás de su hermano mayor.

...

Después de una disputia Iván y Alfredo terminaron compartiendo habitación, negociaron con Ovidio para que les cediera la habitación a uno de ellos pero este se negó dejando a los mayores sin alternativa.

-No hay nada como mi Sinaloa —habló Iván mientras admiraba el mar y a la gente que nos rodeaba, habíamos decidido rentar una palapa frente a la playa para poder comer ahí y relajarnos un poco, a pesar de que no era posible debido a que gente iba y venía, pláticas entre otras personas y música resonaba por todo el área, pero a pesar de eso queríamos pasar un buen rato antes de comenzar con los proyectos estaban en puerta ya que después de esto no íbamos a tener tanto tiempo de vacacionar o al menos así lo dijo Alfredo.

PERFUME A CELOS •IAG•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora