Capitulo 3

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"Quien es ella?"

Tragué hondo tratando de mantenerme al margen ante la mirada imponente de Iván al ver que estaba utilizando mi teléfono, negó con desaprobación y acortó la poca distancia que nos superaba.

-Por seguridad —dijo y sin más extendió su mano tratando de recibir mi teléfono, fruncí mi ceño y lo guardé nuevamente en mi bolso del pantalon. Iván imitó mi acción y ahora se encontraba viendome fijamente con el ceño fruncido.

-Yo lo puedo guardar, no es necesario que tú lo tengas —contesté retante mientras me ponía de pie dispuesta a abandonar la situación. Cuando iba a pasar por un lado, sentí el dorso de su mano sobre mi vientre sin hacer presión solo impidiendo movimiento causando detenerme.

-No fue pregunta Stefanya —ambos nos mirábamos retantes, en verdad no me importaba tanto si tenía o no teléfono, mi importancia del momento era Leonel y el saber que no me respondía y estaba de fiesta.

-Por favor —dije suplicante— lo necesito, solo necesito un poco de señal para enviar un mensaje y después yo te lo..... —fue interrumpida por un bufido por parte de él, no cambia su manera de ser a pesar de tantos años, sigue siendo el mismo, solo que ahora tiene 30 años y no 20, los cuales tenía cuando comenzamos a ser novios, aún recuerdo a mi yo de 15 años perdidamente enamorada de él.

-Stefanya ¡ni lo intentes! Solo dame el teléfono, mañana que tomen una decisión tú y tu familia te lo doy, si es que se van. Porque si tu padre decide quedarse en mi casa las reglas son claras, aquí nadie usa el teléfono y menos de ese tipo —dijo haciendo referencia a mi iPhone de último modelo el cual era muy avanzado y fácil de rastrear. A regañadientes se lo entregué una vez ya apagado y este lo recibió metiéndolo a su bolsillo.

El me miraba de cierta forma victorioso, yo por otro lado estaba enfadada. Sin dejar de fruncir el ceño lo miré por última vez antes de intentar marcharme, pero me detuve por unos cuantos segundos al escucharlo hablar a mis espaldas.

-Después de tantos años sin vernos ¿a si es como te comportas? —me gire lentamente a verlo en cuanto a su expresión era seria, no dejaba de verme directo a los ojos, el contacto visual era mutuo. No me dejaría intimidar por el si eso es lo que cree.

-No tengo mucho que decirte —me limité a decir para nuevamente girar sobre mis talones y encaminarme a las enormes escaleras de la casa, sintiendo el corazón acelerado ante la situación caminé lo más rápido posible hasta llegar a mi habitación abriendo y cerrando la puerta a mis espaldas.

Tratando de regular mi respiración, fui hacia el baño para lavar mi cara, me quedé observándome a mi misma en aquel luminoso espejo, me miraba hinchada, necesitaba tranquilizarme, tener una foto con un hijo de el chapo no debería ser tan malo, ¿o si?

Me deshice de mi ropa quedando en ropa interior, saqué de la pequeña maleta casi toda la ropa aleatoria que había echado sin éxito de encontrar mi pijama, suspire profundamente tratando de tranquilizarme por el estrés que esto me causaba y opté por ponerme un short de licra ajustado y una camisa azul marina holgada, supongo que para dormir me sirven.

Me recosté en la fría cama cubriéndome con las sábanas y cobijas las cuales todavía a olían a nuevas dándome a entender que soy la primera en usarlas, me quedé ida pensando en Leonel, en que estaría haciendo, en que no está conmigo ahora que más lo necesito, ¿ y si el vio la imagen?

PERFUME A CELOS •IAG•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora