彡★ Prólogo| El Reemplazo

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Prólogo

El Reemplazo:

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El Reemplazo:

En las redes oscuras de cada empresa, donde la ley no tiene voz y el poder se mide en balas, las mafias gobiernan. Sus líderes son sombras, figuras escurridizas que se mueven entre la legalidad y la ilegalidad con destreza, cubriéndose con un manto de autoridad al formar parte de la élite en distintos aspectos. Los negocios legítimos son solo una fachada para sus verdaderas operaciones: tráfico de drogas, extorsión, asesinatos por encargo y demás.

En este mundo de intrigas, desconfianza y traiciones, los códigos de honor son tan frágiles como el cristal. Las alianzas cambian con la misma rapidez que una bala atraviesa el aire. Las familias mafiosas se enfrentan en guerras silenciosas, siendo precavidos a la hora de moverse por el mundo, para pasar desapercibidos ante las personas ignorantes en estos temas, mientras los detectives corruptos miran hacia otro lado y los políticos reciben sobornos en maletines de cuero.

Sus nombres son susurros en los pasillos oscuros, pero sus acciones reverberan en toda la ciudad. Mostrándose preocupados ante los crímenes que ellos mismos ocasionaba detrás de la puerta.

Rocke, el experimentado guardaespaldas de Elioth, hijo de uno de los más poderosos empresarios del país, se encontraba en una situación complicada —Como si proteger a aquel chico no fuera ya su mayor encargo —, quedando casi con la soga al cuello ante la difícil decisión que tenía que tomar en los siguientes minutos.

El Sr. Taylor, su jefe y padre de Elioth, se encontraba en una situación complicada, exigiendo su presencia y con ello, dejándolo con la decisión de quién sería la persona encargada de su sucesor. Confiaba en la agencia de seguridad de la que era dueño, teniendo la certeza de que escogería al mejor para suplantarlo.

Rocke era consciente de que no podía dejar a su protegido sin protección, mucho menos a manos de cualquier persona. Tener a cargo a un joven de 23 del cual su cabeza tenía más valor que la de muchos, ahí en el mundo era una responsabilidad grandísima, y no podía ser tomada por un trabajador común bajo su nombre.

Después de considerarlo detenidamente, tomó una decisión: enviaría a su único reemplazo confiable, su propio hijo, Kevin. Un joven de veinticinco años quien había crecido viendo a su padre en acción y siendo aconsejado para mejorar en todo momento por él y tres de sus mejores hombres.

Había aprendido las tácticas de defensa personal, la vigilancia discreta y la lealtad inquebrantable. Pero nunca había tenido la oportunidad de trabajar como guardaespaldas, no para alguien así de importante, sin embargo, no había ser en el mundo en quien confiara más. Así que muy a su pesar y con la espina de poder haber preparado mejor a su hijo para ello, había tomado la decisión. No había mejor persona para el trabajo.

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Mucho gusto, mi nombre es Eros, y de corazón espero que disfruten el fundirse en compañía de Elioth y Kevin. No se arrepentirán.

—Con cariño, Eros...

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