En las redes oscuras de cada empresa, donde la ley no tiene voz ni voto y el poder se mide en balas, las mafias gobiernan a su gusto.
Sus nombres son susurros en los pasillos oscuros, pero sus acciones brillan en toda la ciudad. Mostrándose ante al...
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Elioth T.
Segunda Semana
Las investigaciones se habían complicado un poco desde que había llegado a aquella cabaña, la seguridad había aumentado en la base de datos y los programas que normalmente utilizaba habían dejado de funcionar en su totalidad de la noche a la mañana.
Sabía que no tenía que ver con su área geográfica o los equipos que utilizaba, sino con el aumento de seguridad que su padre realizo una vez vio un pequeño desvío de información en una de las ventanas de sus archivos confidenciales.
No podía decir que era un genio y que en seguida encontraría otra manera de ingresar entre los sistemas de su padre, porque la verdad era que la mayoría de cosas que había aprendido había sido por cuenta propia entre tutoriales en páginas negras y curiosidad propia una vez su padre lo enseño a programar.
Era listo para ello, le gustaba suponer que aprendía y entendía rápidamente como funcionaban las cosas, pero no era experto, trabajaba con lo que podía hasta que sus esfuerzos llegaban a archivos o softwares que jamás imagino poder alcanzar. A veces, aunque ya acostumbrado a su cabeza, no podía dejar de sorprenderse levemente de lo que esta podía lograr conseguir al razonar y pensar tan rápido las cosas.
Y con un último intento, apuntando directo a un pequeño hueco que había dejado libre uno de los hackers, —que suponía debía tener la empresa como seguridad interna—, logro ingresar en su totalidad a los archivos, teniendo una copia amplia de lo que sería el sistema del que su padre se jactaba era impenetrable, pues he ahí, él ya había ingresado.
En seguida, en una doble ventana y con un programa que él mismo había diseñado para cuando este momento se hiciera presente, paso toda la información de un lugar a otro. Asegurándose de que solo se estuviera copiando para no levantar sospechas, y en medio de un arranque de felicidad, se dirigió hasta la cocina donde sabía que se encontraba Kevin. Queriendo compartir la razón de su sonrisa, sin ser muy específico de que lo traía así.
