Pasión Y Deseo [02]

20 - Un perfecto amanecer Parte 1

Travis.

Un agradable olor a café, dulce, chocolate, panqueque, pan y el aroma de mi mujer entre las sábanas, inunda mis fosas nasales. Al moverme en la cama veo que Barbra no se encuentra, lo que indica que ella es la causante de tan rico aroma proveniente de la cocina. Alcanzo el teléfono que se encuentra en la mesita de noche para revisarlo, pero veo una cantidad de mensajes que me abruma. Fue una buena idea que no me trajera el teléfono de trabajo.

Lo dejo donde mismo y me levanto para irme al cuarto de baño y darme una ducha corta, que después de salir me apresuro en vestirme. Dentro de unas horas tengo que estar en el aeropuerto de Roma y quiero estar cómodo, pero como sé que Barbra se tomará su tiempo-porque sé que se tardará un poco más-. Mientras tanto me colocó un pantalón de vestir oscuro y una camisa de mangas largas color azul claro dejándola abierta, que luego arremango.

La casa que decidí alquilar es pequeña, fue la única que encontré frente al muelle, pero como somos Bri y yo, no quise una tan inmensa. En verdad es muy cómoda y tiene preciosas vistas hacia el mar. Era lo que en realidad deseaba.

Bajo las escaleras sosteniendo mi teléfono, y al llegar al primer piso, cruzo la sala, que justo del otro lado se encuentra la cocina. Con más claridad escucho la música movida que resuena y es imposible no saber el cantante, ya que fue uno de mis preferidos cuando era un adolescente. Hey Sexy Lady de Shaggy da ambiente en la cocina, mientras escucho que Barbra canta en voz muy suave. Con pasos sigilosos me acerco a la cocina y la veo de espaldas, moviendo ese espectacular culo-que es solo mío-, pero, lo que es aún más sexy, es ver su cabello algo alborotado y recogido, además está usando un sexy vestido de tiros en color tinto, que apenas le cubre las nalgas. También veo que casi toda la comida está lista.

Un sueño hecho realidad, esta mujer.

Guardo el teléfono en el bolsillo de mi pantalón, me cruzo de brazos y me recuesto del marco de la puerta, mirando como mueve su cuerpo de aquí para allá con suavidad, completamente concentrada en la cocina mientras canta.

Si, así voy a despertar algunas mañanas, lo daría todo por tener un amanecer así.

En silencio disfruto el ver como mueve el trasero con sensualidad al ritmo de la música movida. En los años que llevo vivo, he visto a muchas mujeres bailarinas de cualquier tipo, pero sinceramente ninguna ocasiona que me desconcentre y que la verga se me endurezca en segundos, por el simple hecho de verla mover el culo, sin embargo, Barbra lo hace conmigo con mucha facilidad. Desde el día uno que la vi-, y si hablo de mi restaurante. No me agradaba, pero si admitía que es una mujer impresionante-, entonces se me cruzo por el camino en ese club.

Cosas del destino. Ahora es solo mía.

Está vez se reproduce la siguiente canción. In The Summertime de Mungo Jerry. Barbra no pierde el tiempo y empieza a cantar y bailar al ritmo suave y divertido de la melodía.

Sonrío al verla moverse mientras sumerge su dedo índice en la crema batida color blanco y luego con delicadeza se lo lleva a la boca para darle un suave chupido.

-No somos una amenaza. No estamos sucios, no somos malos -canta alegremente, moviéndose, mientras se desplaza cerca de la barra para agregar los trozos de piña que acaba de cortar en la taza de cristal redonda y pequeña que contiene otras frutas cortadas-. Amamos a todos, pero hacemos lo que queremos. Cuando el tiempo es bueno vamos a pescar o nadar en el mar -moviendo la cintura delicadamente se da la vuelta y sus ojos se abren cuando me mira, pero pronto se expande una sonrisa de dientes afuera y me señala con el dedo-. Siempre estamos feliz -bailando, se comienza a acercar a mi lugar-. La vida es para vivir, sí. Esa es nuestra filosofía -al llegar frente a mí me ofrece la mano.