𝗡𝗼 𝗠𝗲 𝗙𝗮𝗹𝘁𝗲𝘀 𝗧𝘂́ [𝗔.𝗠 & 𝗔.𝗩] ✔️

XXIII➝ La Pedida

MADELINE ANGULO:

Llegué a la universidad como de costumbre, pero ahora un poco más temprano, necesitaba hablar con Damián.

Respecto a los de ayer con Alan, no saben los nervios y vergüenza que tenía al decirle que todavía no hablo con Damián de este asunto.

Últimamente siento que Alan tiene otras intenciones conmigo, y a decir verdad, no es algo que me asusté ni nada, sino que quiero resolver este problema para poder estar bien con él, con Alan.

Yo la verdad no negare que Alan es atractivo, carismático y tiene muchas cualidades, pero quiero que esto se vaya dando poco a poco y no de golpe como con Damián.

Antes de entrar al edificio encontré a Pablo fumando, como siempre, pero se me hacía raro porque últimamente ya no viene a clases y cuando viene llega tarde y se duerme.

—¿Por qué tran temprano Campbell?— Pregunté parandome frente suyo.

—¿Tan interesada en mi vida de un día para otro?— Soltó el humo del cigarro y solo lo aparte con mi mano.

—Te lo estoy preguntando bien Pablo— Cruce los brazos, últimamente está mamón conmigo y con los demás.

—Vengo a resolver cosas de algunas materias, ¿Algo más?— Tiro la colilla del cigarro.

—Nada más— Rodee los ojos.

Entre mi vista periférica pude notar que Damián iba entrando al edificio y venía con un montón de cosas en la mano, ¿Para que las ocupaba si ni siquiera eran cosas de la universidad?.

Me despedí de Pablo y entre al edificio pude ver que Damián entró al almacén dónde claramente está prohibido el paso. ¿Este ya se metió en un problema o que?.

A los pocos segundos me entró una llamada y era precisamente de él. Contesté escondiendome en el baño, era para decirme que si ya iba para la universidad, yo creo no me vio, le dije que si que ya iba casi entrando y que él me esperaba en el almacén a lado de la dichosa máquina dispensadora dónde nos conocimos.

Con esto ya pude descifrar que iba a hacer algo, y no estaba preparada mentalmente para esto.

Me hable a mi misma al espejo del baño y salí. Camine hacía el almacén maldiciendo en voz baja en no haber puesto un límite desde aquel día.

Entre y estaban las luces apagadas con unas velas, no podía ver con exactitud si había decoración o algo Pero junto a las velas decía el famoso...

¿Quieres ser mi novia?

Aquí dije: Ya valió madres, la cosa que más temia se hizo realidad, ahora el cómo decirle va empeorar todo.

Alguien prendió la luz y yo solo me quedé viendo hacia las letras, me quedé en shock.

—Madeline— Voltee a la puerta. —¿Que dices?— Sonrió Damián.

¡Oh Fuck!, como decirle que no sin dañar sus sentimientos, y se que lo estoy haciendo al no decirle la verdad.

Me quedé pensando unos segundos hasta que volví a la tierra.

—¿Paso algo?— Preguntó Damián preocupado —Te quedaste ida—.

—L-Lo siento solo que, no me lo esperaba— Pestañee varias veces y suspiré.

—Fue algo improvisado, sin tanto presupuesto y además lo hice yo solo, no podemos decirle esto a Pablo y Verónica—. Mencionó —¿Que dices? ¿Aceptas ser mi novia?— Volvió a sonreír.

Mi mente y corazón decía que no, que no me dañara de esta forma ni lo dañara a él, no quería, ¿Cómo explicarle que todo el fin de semana estuve con aquel chico del cual tiene celos?.
La persona con la cual me siento diferente que con él, al que realmente quisiera que fuera más que un amigo conmigo.

Literal, me estaba enamorando de Alan.

Pero a veces la boca me delata, así que termine aceptando.

—Si— Respondí un poco desanimada, pero sin que él lo notará.

—Me haces el hombre más feliz Made— Me abrazó pero yo no pude corresponderselo. —No sabes cuánto espere este momento—.

Yo literalmente quería llorar, sostuve las lágrimas y luego me beso, no era un beso que disfrutará, es más no podía ni siquiera fingir que el beso me lo daba Alan, jamás podría ver a Alan en los ojos de Damián.

Y de nueva cuenta, me regaló cosas que a mí ni siquiera me gustaban, se hace llamar o más bien se hacía llamar mi mejor amigo y ni siquiera sabe mi color favorito.
Agradecí el regalo aunque no fuera de mi agrado.

Salimos del almacén, los alumnos iban llegando, así que nos dimos prisa para ir a nuestra primera clase.

—¿Que hacen saliendo del almacén juntos?— Preguntó Verónica enojada.

Ahora 2 problemas en 1.

Voten y les picho una caguama uwu