Capítulo Ocho

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PARQUE JURÁSICO: sustantivo / par-que /ju-rá-si-co

DEFINICIÓN DE PARQUE JURÁSICO: la maestría en paleontología de Ble. / la pasión de Ble. / a lo que Biu necesita que Ble vuelva.

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Entre las oscuras sombras de la medianoche, Biu se escabulló hacia el parque infantil de la cerrada.

Una brisa cálida hacía temblar las copas de los árboles y podía oírse el cantar de grillos y saltamontes.

Se sentó en el columpio y sacó el paquete de Mentas de su chaqueta de cuero. Se metió en la boca un caramelo de naranja y escudriñó la Calle buscando algún signo de movimiento.

No había rastro de Ble; solo podía verse al señor Roosevelt paseando a Gallito cerca del parque. Gallito ladró y el señor Roosevelt, que se estaba acercando a los columpios, le llamó para que volviera a su lado.

—¿Qué haces aquí? —le preguntó a Biu.

—Nada bueno —contestó este con una sonrisa inocente.

Bueno, lo más inocente que pudo, teniendo en cuenta que una vez había vomitado justo donde el señor Roosevelt estaba ahora de pie.

Biu siguió mirando hacia la Calle. ¿Dónde estaba Ble? ¿Por qué no había aparecido todavía? Lo había visto mirando por la ventana del salón cuando había salido hacia el parque.

Creyó, o, más bien, había tenido la esperanza, que Ble estaba vigilándolo y que saldría después de él cuando lo viera. O, incluso, que haría el camino hasta aquí con él.

—Creo que ha habido un malentendido —dijo el señor Roosevelt.

Las manos de Biu se quedaron paralizadas donde las tenía en las cadenas del columpio y se quedó mirando al señor Roosevelt. Que era profesor de Ciencias Sociales, Historia y...

—Filosofía... ¿Usted es Gnom Chomsky?

—Encantado de conocerte, Gnómada. —Se agachó y acarició a su perro —. Me sorprendió tu mensaje y supuse que sería un error.

Estupendo. Había estado tan seguro de que Ble era Gnom Chomsky... ¡Pero si hasta se lo había dicho a él! Seguro que Ble se estaba carcajeándose con todo esto.

—Sí que ha sido un error, sí. -- Se soltó del columpio y se puso de pie a toda prisa. —Si me disculpa, tengo que hablar con alguien.

El señor Roosevelt se despidió con un gesto de cabeza. —Buena suerte.

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Ble descolgó al primer tono.

—No eres Gnom Chomsky —dijo Biu mientras caminaba por la Calle oscura y solitaria.

Salvo por el porche iluminado de los Sumettikul, las luces del resto de casas de la cerrada estaban apagadas. Biu quería que se asomara para poder ver la risa bailando en sus labios y ese levantamiento de ceja, pero Ble no estaba a la vista.

Hablaba bajito, probablemente para no despertar a su madre ni a sus hermanas, y su voz le llegaba como un suave murmullo.

—Te dije que no lo era.

«¿Y qué gnomo eres?», quiso preguntar. Las identidades más engañosas eran Gnomo Lestes, que no parecía el humor de Ble, y Gnome Locreo. Y, bueno, sí, este sí podía ser. Aunque si tenía en cuenta que se había equivocado con Gnom Chomsky, podía ser que se hubiera confundido también con alguno de los otros. Mañana estudiaría más minuciosamente la lista.

Escorpio x Virgo - BibleBuildDonde viven las historias. Descúbrelo ahora