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Las mentes son impredecibles. Las mentes son únicas. Las mentes son peligrosas.

Intentar determinar el origen de un rasgo o una decisión específica, ya sea importante o no, es un ejercicio de control de la arrogancia. Nunca se puede mirar con suficiente atención, nunca se puede dar un paso atrás lo suficiente para obtener una visión completa. Solo se tiene un único marco, una instantánea engañosamente unidimensional de los resultados en un momento determinado. Si se tiene suerte, la imagen mostrará algo fundamental. 

Una instantánea útil de la vida de Harry James Potter sería la siguiente: a veces, entre los uno y los seis años, Harry James Potter había llegado a estar increíblemente seguro de su propósito en la vida.

Él iba a tener un bebé.


* * *

Los niños de seis años no entienden lo que implica tener hijos. Los niños de seis años, menos aún. Los niños de seis años encerrados en armarios, que apenas consiguen decir unas palabras al día, tienen casi con toda seguridad una idea muy fantasiosa del milagro de la vida.

Harry James Potter no sabía qué significaba tener un bebé, quién podría tenerlo y por qué querría hacerlo. Harry James Potter solo quería uno. Desesperadamente.

* * *

No ayudó al joven Harry James Potter que su calidad de vida, tal como era, había comenzado a mejorar de manera tangible después del Apocalipsis. Antes, había sido una carga quedarse en su armario durante horas, fingiendo que no existía. Era estresante. Después de unas horas, la histeria instintiva superaba el miedo al castigo. Gritaba, solo para comprobar, para asegurarse de que no fingía desaparecer. A los Dursley eso no les gustaba.

Ahora que el joven Harry James Potter tenía un objetivo en el que centrarse, estos incidentes casi desaparecieron. Harry no quería salir, hablar con los niños ni comer más. Quería un bebé y fantasear sobre la vida perfecta que tendría una vez que formara su familia —su familia—  podía suceder en la alacena con la misma facilidad que en cualquier otro lugar.

En lugar de hacerlo sentir loco, las canciones de cuna que la tía Petunia le cantaba a Dudley por la noche se convirtieron en lecciones. Después de todo, Harry necesita aprender. Le cantará a  su  familia. La tía Petunia tiene una hermosa voz para cantar y es su tía. Harry podría aprender. Harry debería aprender. Harry  debe  aprender.

* * *

La escuela no sirve para muchas cosas. Harry no es tonto. Sabía que era diferente de los demás niños desde el primer día, incluso antes de saber cuál sería su futuro. Eran más inteligentes que ellos en muchos aspectos y más tontos en muchos otros. Harry apenas podía hablar; vestía harapos que destacaban entre todos los niños lindos y pulcros y no conocía ni un solo tema con el que pudieran relacionarse. El Harry de antes lo habría intentado; habría escuchado a escondidas y habría intentado inventar y aprender imitando al resto. El Harry ilustrado solo aprendía cosas valiosas.

𓆩𝕻𝖗𝖎𝖓𝖈𝖎𝖕𝖊 𝖉𝖊 𝖑𝖔𝖘 𝕹𝖆𝖚𝖋𝖗𝖆𝖌𝖔𝖘𓆪||(Tomarry)[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora