- Y, ¿qué haces cuando estás con Win? – Preguntó el alfa curioso mientras se sentaba en el banco frente al río.
- Hablar. – Contestó el omega mirando su helado.
- ¿De verdad? ¿Solo habláis? – Preguntó incrédulo. Kong se giró y le miró. Cuando sus ojos se encontraron frunciendo los labios, asintió. -¿Y de qué habláis tanto?
- De la casa, los menús para comer y cenar, de lo cara que está la cesta de la compra... pero de lo que más habla es del bebé. De las paredes de su habitación, de la ropa que tendremos que comprar, de los juguetes...
- Mmm... - el alfa miró el agua fluir y se quedó callado largos minutos viendo como los barcos pasaban sin descanso. Cuando casi estaba por terminar, se giró hacia el hombre a su lado y solo pudo sonreír al verle concentrado lamiendo el helado.
Sus ojos miraban sin distracción como la lengua se movía por la helada crema. Sin perder detalle, se mordió levemente el labio inferior cuando un escalofrío recorrió su espalda pensando en el placer que le gustaría dar a esa lengua... pero sacudió la cabeza cuando se dio cuenta de lo que acababa de pensar...
Kong, ajeno a todo, seguía degustando su helado. Mirando fijamente el cucurucho, sonreía internamente al pensar que llevaba meses sin haber degustado uno, pero cuando levantó la vista de su preciado manjar, su mirada se centró en la del alfa, que le miraba penetrantemente mordiendo su labio inferior.
- P', ¿te encuentras bien?
- Claro – La voz del omega rompió su burbuja. – Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja... - Rió el castaño al darse cuenta. – Tienes las comisuras de los labios manchadas de helado... Ven... - Y Arthit levantó una mano, le pasó el pulgar por de los labios y le limpió el chocolate para después llevarse el dedo a la boca. – Sip. Definitivamente si... la próxima vez pediré el de chocolate.
Kong asintió sin saber muy bien porque, y se levantó siguiendo al mayor.
- P', ¿a dónde vamos?
- Había pensado en ir a ver las instalaciones del centro de natación. Podemos volver y dejar el coche en casa y desde allí, ir dando un paseo, ¿te parece? – Kong asintió y poniéndose al lado del mayor, empezó a caminar en silencio hasta el coche. Miraba de reojo al alfa, que se había sumido en sus pensamientos, y caminaba ensimismado con las manos en los bolsillos. - ¿Tan guapo y atractivo me encuentras que no dejas de mirarme?
- ¿Quién te está mirando, P'? No seas engreído...
- Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja... Me encanta cuando frunces el ceño... Y si, esos pucheros, son sumamente adorables.
- Mis pucheros no son adorables, y para que lo sepas, no eres ni guapo ni atractivo... - Kong no miró al alfa, le giró la cara y, alejándose de él murmuró... – alfa idiota...
Después de esa pequeña conversación, volvieron a sumergirse en un cómodo silencio, donde ahora era el alfa el que miraba con atención al omega, y es que, este, había empezado a hacer sus correspondientes muecas (demasiado adorables, según el alfa para dejar de admirarlas).
- ¿Qué es lo que miras con tanta atención para que pongas tales muecas? – Arthit preguntó curioso.
- ¿Cómo sabes que estoy poniendo muecas? – Se quedó callado pensando un momento. - ¡Ooohhh! ¿Acaso consideras que soy tan guapo y atractivo para que no puedas dejar de mirarme? - Kong se burló imitando el tono de voz de Arthit.
- ¿Estás intentando imitarme? – Preguntó divertido el castaño.
- ¿Yooooo...? No. Solo preguntaba para saber, simplemente. – Sonrió maliciosamente el moreno.
- Si, realmente considero que eres guapo y también muy atractivo. – Arthit respondió serio. Kong se quedó callado ante el tono seguro, le miró fijamente y esperó a que continuara. – Venga... no me mires así. Soy un hombre casado, pero tengo ojos y pienso que eres un hombre realmente atractivo. Hasta Gawin te encuentra guapo. – Pero Kong no pudo contestar a eso, estaba demasiado sonrojado como para enfrentar al alfa en ese momento. – Ja, ja, ja, ja, ja... ¿Ahora estás siendo tímido?
- No... es solo que... no... no me esperaba esa respuesta.
- Ambos sabemos muy bien que eres atractivo, pero por algún motivo solo muestras tu timidez cuando estás conmigo. – El alfa sonrió al pensar algo para molestarle. - ¿O es que solo te pones tímido para hablar de sexo? – Sonrió.
- ¿Qué?
- Vaya, vaya, vaya... Eres un pequeño omega pervertido... ¡Quién lo diría!
- Yo no soy un omega pervertido – refunfuñó Kong poniendo un leve puchero. – Realmente eres un alfa idiota, nada cálido como tu apodo.
👶👶👶
Llegaron al centro de natación antes de lo esperado y a ambos les maravilló el exterior. El edificio, un poco pequeño, era blanco y azul y desde la calle se veía el interior gracias a sus grandes ventanales.
El centro estaba justo al lado de un pequeño parque, por lo que, quitando la entrada a las instalaciones, lo demás, estaba rodeado de árboles. Dieron una vuelta alrededor, solo para comprobar que desde el parque, el interior no se veía pues los cristales estaban tintados.
- Es un gran gimnasio. – Observó Arthit. – Me gusta que solo se permita ver el interior desde la calle, allí solo se ve la entrada y da privacidad.
- Tienes razón, y que esté al lado del parque, es perfecto. – Corroboró Kong. - ¿No sabías que estaba aquí, P'? – Preguntó curioso el menor mientras se dirigían de nuevo hacia la entrada.
- Bueno, digamos que no he tenido mucho tiempo de explorar la zona. Casi siempre llego tarde de trabajar y como llego cansado, solo me apetece dormir.
- Alfa dormilón. – Sonrió juguetón el omega.
- No puedes hacerte una idea... Pero además de que me guste dormir, hace relativamente poco que nos hemos mudado a esta zona. Ya te habrás dado cuenta que apenas hay vecinos y que la mayoría de las casas vecinas a la nuestra, están aún cerradas.
- Cierto.
Y con esos pensamientos, entraron al centro, donde el personal les enseñó las instalaciones y les entregaba los folletos para explicarles como funcionaban las cuotas.
Una vez conseguida la matrícula y la información, salieron para poner rumbo al hogar de nuevo. Sumidos estaban en sus propios pensamientos, cuando de repente, la realidad golpeó al omega.
- ¿Podré seguir viendo al bebé? – Preguntó el omega con un tono triste en la voz.
- ¿Qué?
- Estaba pensando que el bebé cuando sea mayor, se enterará de que P'Gawin no es su verdadero padre, por lo que me preguntaba si podría seguir en contacto con el bebé. Claro, siempre y cuando queráis. – Dijo Kong mientras caminaba siguiendo al mayor.
- Supongo que sí, por mí no hay problema, pero es algo que tenemos que acabar de decidir Gawin y yo. Realmente no hemos hablado de ello y quizás Win no lo apruebe.
- Está bien. – Kong agachó la cabeza en señal de sumisión.
Al ver que el omega se callaba, Arthit sonrió y le miró.
- No te preocupes, si dice que no, voy a convencerle para que te deje visitarle.
El omega levantó la cabeza y le sonrió.
- Gracias P'.
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Mentiras piadosas
ФанфикUn joven matrimonio Alfa-Beta, quiere un hijo, pero dado su condición, no pueden tenerlo biológicamente, por ello buscarán ayuda de un joven omega. ¿Pero saldrá bien todo? La historia es 100% mía. Los personajes no son míos, yo solo dejo volar mi i...