LOS BLACKWOOD Y LOS BRACKEN ERAN ENEMIGOS NATURALES, juramentados en una enemistad ancestral que todos conocían bien. Las disputas entre ellos eran tan comunes como el amanecer y el ocaso.Hoy no era diferente. Su padre Williem lo había enviado a tomar el mando cuando se enteraron de que los Bracken habían movido los mojones de la frontera cerca del molino. Sería una mentira decir que Davos no estaba emocionado; sabía perfectamente que a esta hora el estúpido hermano menor de Lord Bracken, Aeron Bracken, estaría rondando por la zona.
Y no se equivocó. Al acercarse al lugar, pudo visualizar las vestimentas características de los Bracken, de un color amarillento distintivo. El bastardo de Aeron le daba la espalda y se encontraba junto a sus secuaces igual de idiotas, pero tan pronto como Davos carraspeó, el chico se giró para mirarlo.
Davos quiso reírse cuando Aeron levantó la barbilla, tratando de aparentar valentía. Justo cuando iba a decir algo, su boca se cerró al escuchar un rugido fuerte y estridente sobre ellos.
Los dos bandos alzaron la vista sorprendidos, y Davos estaba seguro que la sangre de todos se congelaba al contemplar la majestuosa sombra de un dragón que surcaba el cielo. Davos permaneció inmóvil, observando cómo la criatura daba un giro en el aire y comenzaba a descender. Mientras todos huían despavoridos, él y el bastardo de Aeron se mantuvieron firmes.
¿Habrá venido un Targaryen a visitarnos?, pensó Davos, vigilando con cautela cómo el dragón posaba sus patas traseras en la tierra. Sus poderosas alas agitaban el aire, haciendo ondear el césped y las copas de los árboles a su alrededor.
Ambos retrocedieron un paso cuando el dragón lanzó un rugido atronador hacia el cielo, reclamando su territorio. Davos miró asombrado la figura en el lomo del dragón, ¡sin una montura!
¡¿Acaso estaba montando un dragón de ese tamaño sin montura?!, pensó sorprendido.
El Bracken también lo notó, inhalando profundamente con sorpresa reflejada en su rostro. Esbozó una sonrisa burlona al observar la postura tensa del joven, aunque él mismo estaba casi igual. Se volteó al ver que el castaño abría la boca con asombro.
Cuando se giró, quedó absorto al notar cómo una figura esbelta descendía del dragón como si fuera algo cotidiano. Era hermoso, como un ser etéreo, un regalo de los dioses. ¿Cómo era posible que una criatura tan bella caminara entre los mortales?
El joven se acercó unos pasos, lo suficiente para que pudieran verlo con claridad. Era un Targaryen, indudablemente. Su largo cabello rubio plata, ondulado caía hasta sus caderas, adornado con una diadema de metal incrustada con piedras preciosas y cadenas que enmarcaban su rostro. Sus ojos violetas, penetrantes, los observaban con atención, como si esperara algo de ellos. Su rostro, de rasgos delicados, parecía esculpido por los mismos dioses, con una pequeña nariz respingona adornada con un aro que se conectaba a la diadema mediante una fina cadena, añadiendo un toque único a su apariencia. Su expresión era firme y decidida, demostrando que no les temía, a pesar de estar fuera de su territorio. Se mantenía erguido frente a ellos, con una mano calmando al dragón. Davos notó sus manos, como si estuvieran manchadas de tinta negra que se difuminaba y subía por sus brazos como ramas secas, un contraste intrigante con su piel clara. Vestía una toga blanca de estilo antiguo, ceñida con una faja dorada adornada con detalles púrpuras, una extraña capa roja con dorado en su hombro y cubría su brazo izquierdo que caiga hasta el suelo, y una parte inferior azul violáceo que se ajustaba a una cintura amable con un cinturón dorado.
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- ̗̀↳𝐒𝐎𝐑𝐂𝐄𝐑𝐄𝐒𝐒¡! House of the dragon
Fanfiction𝐒𝐎𝐑𝐂𝐄𝐑𝐄𝐒𝐒 | ❛El joven hechicero de la muerte, niño querido de Valyria❜ Los dioses de Valyria presenciaron el ocaso de la dinastía Targaryen. No iban a permitir su fin. Para evitarlo, se llevaron a uno de los principales pilares de esta danz...