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Jungwon estaba ansioso, no sabía que hacer. Le quedaban tres días para entrar a lo que serían sus clases y en lo único que pensaba es que haría cuando se topara a Jay, ya sea por los pasillos o por alguna actividad académica.

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El fatal día había llegado, era el inicio de las clases y todos los estudiantes se encontraban reunidos en el gimnasio por el típico discurso del inicio del año académico.

Pero a pesar de que debería estar prestando atención, él solo se centraba en evitar a toda costa mirar a los de último año, por si Jay se encontraba allí. No quería destacar, pero su llamativo cabello rojo no ayudaba mucho.

Cuando aquel discurso terminó y todos fueron a sus aulas, pudo respirar con tranquilidad.

—Ya relájate, pareciera que hubieses visto un fantasma.

Bromeó el rubio, su mejor amigo, Kim Sunoo, un tierno chico con el cual prácticamente se había criado.

La clase dio inicio, donde su profesor de cabecera les dio a escoger a los delegados y presidente de la clase, siendo elegido, por segundo año consecutivo, Sunoo.

—Ahora el que no se podrá relajar serás tú.

Bromeo Yang, recibiendo una mueca de disgusto, claramente en broma.

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Finalmente el receso del almuerzo había llegado y todo iba bien, la dupla de amigos iban caminando a la cafetería para comprar lo que sería su almuerzo. Sin embargo, en la fila, por ir hablando, de espaldas, con Sunoo, chocó con la persona que iba delante suyo.

—Disculpa-

No alcanzó a terminar su frase, ya que al voltearse, vio al azabache que tanto había estado tratando de evitar. Quedó completamente petrificado al verle. Jay por su parte, miró a Jungwon con una expresión neutra, pero que bordaba el límite de la molestia.

—Lo siento... Yo...

Dijo entre tartamudeos, no alcanzó a terminar su frase cuando salió corriendo de la fila en dirección hacia los baños de la escuela. Apenas llegó, se apoyó en el lava manos, sintiendo sus ojos humedecerse, ¿En verdad Jay lo había mirado con odio? Jungwon lo conocía o eso creía, pero ese no era el Jay que había sido su amigo.

Poco después llegó el rubio al baño donde se encontraba el pelirrojo y al ver por el reflejo a su amigo con lágrimas ya cayendo por sus mejillas, inmediatamente se acercó, apoyando una mano en su hombro.

—Jungwonie, ¿Qué sucedió? ¿Por qué lloras?

—¿Acaso no viste como me miró?

—Te miró como a todo el mundo—Contestó el rubio.

—Pero yo no soy todo el mundo.

—¿Y qué esperas si lo ghosteaste?

Ahí fue cuando el llanto de Jungwon aumentó. Sabía que todo lo que estaba pasando era consecuencia directa de sus actos, un efecto mariposa que se había vuelto un huracán.

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El primer día de clases había finalizado y con eso, Jungwon se encaminó al hogar de Sunoo, ya que la casa de este era prácticamente la suya al ser vecinos.

Ambos estaban en la habitación del mayor, más a la tarde, los acompañaría la pareja de Sunoo, Sunghoon, un chico que se encontraba en el mismo grado que Jay. El menor se encontraba recostado en la cama de Sunoo, con un brazo cubriendo su rostro, mientras Sunoo estudiaba las materias que les habían dicho que estudiarían durante el año.

Someone Loves You! • JaywonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora