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Jay lloraba a mares mientras observaba como Jungwon estaba completamente inconsciente. Realmente temía lo peor.

—¿Cómo está él? ¡Niño respóndeme! 

Gritaba el padre del pelirrojo, asustando a Park, quien inmediatamente observó las heridas de su menor, por el atropello tenía moretones en sus brazos y probablemente en sus piernas, en la caída se golpeó la cabeza y ahí fue cuando cayó inconsciente.

—Él está... sangrando mucho, tiene muchos moretones.

—¿¡Qué carajos estás esperando para cubrir su cabeza?!

Se notaba en el tono de voz del señor Jaehyeon lo preocupado y aterrado que estaba por lo que le fuese a pasar a su hijo. 

El azabache por otro lado se quitó su chaqueta para cubrir la herida que sangraba de la cabeza de Yang, no le importaba que esta se manchase de sangre, solo quería que aquella hemorragia que estaba teniendo el menor se detuviera.

Tardaron aproximadamente unos diez minutos más en llegar al hospital, exactamente el mismo donde se encontraba Sunoo, pues era el más cercano de la zona. Apenas llegaron, entraron por la entrada de urgencias y el señor Yang fue corriendo a pedir una camilla y ayuda para su hijo. 

Park seguía temblando, observando a su amado en sus brazos.

—L-Lo siento, es mi culpa.

Susurro con un sentimiento de culpa, observando como llegaban dos paramédicos con una camilla. Ayudó a que sacaran a Jungwon del vehículo y caminó hasta donde pudo, ya que llevaron al chico a observaciones para ver que tenía, pero sobre todo, necesitaban examinar el golpe en su cabeza que era lo más preocupante a simple vista.

Jay se sentó en una de las bancas del salón de espera, intentando pensar que todo saldría bien, llorando mientras trataba de dejar de temblar, pues se sentía culpable ya que todo eso había ocurrido por darse afecto en público, sabiendo lo peligroso que podría llegar a ser aquello.

El padre del pelirrojo llegó y se sentó junto a Jay, en ese momento, lo menos importante eran los prejuicios que tuviese, por primera vez, estaba preocupado genuinamente por su hijo, por primera vez le aterraba perderlo.

—Niño, él estará bien, tranquilo.

El señor Jaehyeon intentaba calmar a Jay quien aún temblaba mientras lloraba, aunque no podía mentir, él también estaba aterrado de lo que le pudiese pasar al pequeño que por tanto tiempo descuidó. Al niño que era toda la familia que tenía y que siempre rechazó, en ese momento se arrepentía de todas sus acciones y temía perderle en el peor de los casos.

—¿Jay?

Escuchó una voz conocida no muy lejos suyo, a lo que observó quien le llamaba, era Sunghoon quien iba en camino a ver a su novio, pues al ese día le daban el alta. Al chico del mismo apellido le preocupó ver a su mayor llorando, pues era algo que nunca había visto.

—Hey, hey, ¿Qué sucede? ¿Le pasó algo a un familiar tuyo? ¿Él es tu padre?

Park no conocía al padre de Jungwon, así que al verlo sentado junto a Jay, eso fue lo primero que le vino a la mente.

—J-Jungwon...

Escuchar ese nombre salir de los labios del azabache, aterro al más joven, pues supuso lo peor al igual que lo estaban haciendo Park y el señor Yang.

—¿Qué le sucedió? Dios, ¡Háblame!

Sunghoon se estaba alterando, si bien no era tan cercano como lo era Sunoo, si tenía una gran amistad con el menor, pero lo que más le aterraba era lo que sucedería cuando su novio se enterase que algo le había ocurrido a su mejor amigo y casi hermano.

Someone Loves You! • JaywonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora