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—¿Y eso debería de importarme?

Jungwon bajó la cabeza.

—No. Es solo que, quería que supieras, ¿Te incomoda que entre?

—Sí, pero no importa, tú hazlo, mientras más seamos, será mejor.

Jungwon asintió y dejó que el mayor se fuera, para finalmente volver con Sunoo, un tanto deprimido.

—¿Qué sucedió?

—Me odia.

—Debiste firmar la carta. ¿Te disculpaste en ella?

El menor no respondió, su amigo no sabía que esa era una carta de amor, este creía que era una carta para pedirle perdón.

—¿Si la firmaste?

No hubo respuesta.

Sunoo suspiró y ambos chicos decidieron ir a comprar algo para comer en la cafetería. Sin embargo, no esperaban a que Sunghoon se encontrara afuera de la puerta de su salón.

—¡Hoonie!

Dijo el rubio, dando un besito a su pareja.

—¿Viniste a darme los buenos días?

—Ay basta por favor—Pidió Jungwon.

—Vine a dos cosas, una es a verte y la otra es verte a ti, Jungwon.

El menor de todos inmediatamente se sorprendió y miró al azabache con intriga.

—¿Tú hiciste esa carta de amor?

—¿Carta de amor?—Preguntó el rubio.

Jungwon sintió pánico. Había sido descubierto dos veces en el mismo día. Aunque ahora tenía más sentido, Sunghoon lo había visto espiando a Jay mientras este observaba la carta e iba al mismo salón por lo que pudo haber notado algo inusual que lo vinculara con su persona.

—No le diré a Jay, tranquilo, ni siquiera le hablo.

Jungwon estaba en crisis, quizás lo de las cartas no había sido una buena idea.

—Hey, despierta.

Habló el rubio, chasqueando los dedos enfrente del menor, quien se encontraba perdido en su mundo.

—Lo siento, es solo que… Jay también lo descubrió… pero pensó que era una broma de mal gusto… pensó que mis sentimientos eran una broma de mal gusto. Tuve que mentirle diciéndole que yo no le escribí ninguna carta y-

Fue abrazado por el rubio al notar como el pelirrojo se hiperventilaba.

Posteriormente tuvieron que volver a clases y, en estas, Jungwon no podía concentrarse, tenía mucho sueño además de que estaba perdido en su mundo.

—Yang. Yang. ¡Yang!

Gritó su docente, sacando al chico de su trance.

—¿Mi clase es muy aburrida para ti? A la detención.

Jungwon apenado, tomó sus cosas y se fue a dicho salón.

Al llegar, vio a otro estudiante. Se sentó en un pupitre junto a este, notando que era Jay, leyendo una y otra vez su carta.

A Jay le gustaba su carta.

Eso le hizo sentir mariposas en el estómago e inmediatamente decidió hablarle.

—¿Por qué estás aquí?

—No tenemos que hablar.

Jay era frío normalmente, pero con él era aún más frío. Y lo entendía, se lo merecía.

Con dolor en su corazón, Jungwon se recostó sobre el pupitre decidido a dormir un poco.

Jay por su lado, cada tanto sacaba el sobre de la carta para apreciar el dulce aroma de esta. Había adorado la carta, no podía creer que existiera una chica que tuviera sentimientos tan preciosos e intensos hacia él. Una lástima que tuviera que rechazarla.

Poco después de que Jungwon se durmiera, el mayor le observó, riendo. El menor siempre se podía quedar dormido en cualquier parte, cosa que antes le causaba mucha ternura.

Sacó un plumón y se acercó al contrario, decidido a pintar su rostro.

Sonriendo, dibujo un puntito en el centro de la nariz del contrario, luego dibujo tres pelitos en sus mejillas, como si fuera un gatito. Tomó la mano de este para rayar sus dedos, sin embargo, su corazón se detuvo y su sonrisa se borró al notar como el menor había despertado de su sueño.

Ambos se miraron fijamente por unos segundos. Jungwon quería acortar la distancia y Jay quería alejarse, pero ninguno lo hacía.

—Sepárense.

Dijo el maestro que entro para vigilarlos y el azabache carraspeó, sentándose en su pupitre.

Jungwon por su lado tenía las mejillas rojas y el corazón acelerado. Había estado tan cerca de Jay y le había visto sonreír, con su sonrisa tan preciosa y brillante que iluminaría hasta el rincón más oscuro del planeta.

Cuando ambos fueron liberados, volvieron a sus aulas. Jungwon llamó la atención por tener dibujadas facciones de gato y no se dio cuenta hasta que su amigo se lo comentó. Inmediatamente y con vergüenza, fue al baño para lavarse el rostro.

Justo ahí sonó el timbre del receso del almuerzo.

—Sí y creo que es Jungwon.

Al escuchar aquello, se encerró en uno de los cubículos del baño.

Jake y Jay habían entrado.

—¿Por qué lo dices?

—No sé, algo me dice que es él, actuó yan extraño cuando lo encaré, además de que en la carta menciona que quiere unirse al club de música por mí y el dijo que quería unirse.

—Ya pero, ¿Quien te dijo que Jungwon es gay? además, estoy seguro de que es una chica.

—Puede ser bisexual y en la carta no se menciona ningún género.

Jungwon se sentía descubierto, por tercera vez en ese día. ¿Acaso habría un momento de paz?

Cerró sus ojos respirando hondo, lenta y calmadamente, para así irse relajando.

Cuando Jake y Jay se lavaron sus manos y se fueron, Jungwon salió del cubículo.

Estaba decidido, iba a hacer otra carta en la cual se Jay no pudiera sospechar de su persona.

Someone Loves You! • JaywonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora