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Jay no había entendido el porqué de las reacciones de Jungwon, pero ya no era su problema, no lo seguiría cuidando. O eso intentaría, porque cada que lo veía mal, su corazón se ablandaba y recordaba sus tiempos de amistad e impulsivamente quería ayudarle.

Este fue a su salón, encontrándose con Jake quien le esperaba con una sonrisa.

—¿Qué le hiciste a Jungwon? Salió llorando de la enfermería.

—¿Llorando?

Dijo caminando a la puerta del salón, tenía que ir a verlo y disculparse, sin embargo fue detenido por Jake, quien le tomó del brazo.

—Déjalo, está con su amigo y creo que lo que menos querrá ahora es verte.

El mayor asintió suspirando, se sentó en su pupitre y sacó la carta de su mochila, que es donde la había guardado. Su amigo se acercó con curiosidad, al saber ya quien era el autor de dichas cartas.

Jay comenzó a leerla en lo que varias sonrisas se asomaban por su rostro.

—¿A ver que dice? Vamos, quiero saber porque sonríes tanto.

—Ya deja de molestar.

Segundos después, entró otro azabache al salón, Hoon. Jay inmediatamente se levantó acercándose a este. Sabía que este era cercano a la dupla de chicos por su romance con el mejor amigo de Jungwon.

—¿Cómo está él?

—Bien. No gracias a ti.

Dijo Hoon, pasando por le lado de Jay yendo a su pupitre, empujándolo con su hombro de paso. Aquello inmediatamente molestó al mayor, quien le empujó tirándolo al piso y comenzando a golpearle en las piernas.

—A ver si puedes patinar después de esto.

Jay estaba sacando toda su frustración, enojo y dolor con la persona incorrecta.

—¡Park! ¡A detención!

Este bufó, dejando a la mayoría de su clase con algo de miedo por su comportamiento tan agresivo. Sunghoon por su lado no había sido lastimado de gravedad, quizás le saldría algún que otro moretón por el cual su familia se preocuparía.

Jay tomó sus cosas y se fue directamente a la sala de detención por segundo día consecutivo.

Poco a poco empezó a recobrar la cordura y a recapacitar de sus actos, sintiéndose increíblemente mal por lo que le había hecho al azabache. Realmente había querido lastimarlo, en ese momento, quería romperle las piernas de la ira que sintió.

Sacó la carta para leerla en un intento de calmarse. Sin embargo, al leerla nuevamente, pudo percatarse que la persona que la escribió había escrito "cuando esté muy ocupado"

Inmediatamente lo supo, se trataba de un chico, era innegable y eso volvía a tirar el blanco de que Jungwon era quien lo había hecho. No se creía el cuento de que Jake se lo había encontrado en la entrada a la escuela.

[•••]

—Dios Jungwon, mira tu cuello.

Dijo su amigo al ver los rastros de sangre en el cuello del pelirrojo.

—Estoy bien, no entiendo porqué se preocupan tanto.

El maestro llegó al salón y ambos se separaron.

—Ok jóvenes. Acaba de haber una pelea en el aula de los de tercer año, así que por protocolo, debo darles la charla de porqué las peleas no son la solución. Aunque yo creo que son bastante grandes para entenderlo.

Al escucharlo, la dupla inmediatamente se preocupó. Sunoo levantó su mano.

—¿Sabe quienes fueron los involucrados?

—Park Jay y Park Sunghoon. Aunque más que una pelea fue un ataque, ya que Park Sunghoon nunca se defendió o lo golpeó.

Inmediatamente y sin el permiso del maestro, Sunoo se levantó para ir corriendo a ver a su pareja a la enfermería.

Jungwon por su lado, estaba preocupado por Jay, su Jay no era agresivo, no entendía que lo llevó a golpear a Hoon.

La clase se dio por iniciada y Sunoo no volvió ya que, como a Sunghoon lo fueron a retirar, le pidió a su madre que también lo hiciera, para poder acompañara su pareja.

Así Jungwon quedó solo. 

En el primer receso, se quedó comiendo lo que la mamá de su amigo le había preparado, sin embargo, un carraspeo llamó su atención. Miró a la puerta y sintió pánico al ver a Jake.

—No te preocupes, no vengo a molestarte ni nada por el estilo.

El rubio se sentó en la mesa del menor, mirándole comer. Este desvió su mirada y tragó lo que estaba masticando.

—¿En qué te puedo ayudar?

—Si estás enamorado de Jay, ¿Por qué te alejaste de él? 

Aquella pregunta fue tan invasiva que Jungwon no pudo evitar sentir nervios a flor de piel.

—Me da miedo.

—¿Jay?

—No. Nunca me había enamorado, sentí pánico.

—Pues déjame decirte que él estaba pasando por un terrible momento y te necesitaba, tú lo dejaste y ahora te tiene rencor.

—Eso ya lo sé—Contestó el pelirrojo.

—Quiero ayudarte con él.

Aquello hizo toser a Jungwon, que estaba tomando de su botella de jugo.

—¿Qué?

Dijo con la garganta rasposa.

—Él hoy prácticamente se volvió loco, creo que por ti, quizás le haces falta, pero le cuesta admitirlo. Es más, nunca lo admitirá, su orgullo no se lo permitirá.

Jungwon no entendía que sacaba Jake con ayudarle, pero no quería preguntárselo.

El timbre que le daba fin al receso sonó y Jungwon solo se despidió de Jake cuando este se fue. No entendía cuales eran sus intenciones o si había algo oculto en estas. Jungwon se recostó en su pupitre, dispuesto a dormir un poco, pero poco después aquello le fue impedido por el docente del día anterior quien le mandó otra vez a detención por todo el bloque.

Así, Jungwon y Jay volvieron a encontrarse en el castigo, pero Jungwon había decidido dormir, pero Jay quería hablar. Los papeles estaban invertidos ese día.

—Lo siento.

Habló mayor en voz baja, cosa que el de cabellos rojos no captó porque estaba medio dormido, ese día tenía mucho más sueño que el día anterior.

—Jungwon.

—¿Mhm?

—Lo siento.

El pelirrojo no contestó, ya que ya había terminado quedándose dormido, a lo que Jay se levantó, colocándose en el pupitre adelante del suyo, para voltearse y verlo.

Odiaba verlo mal, odiaba seguir preocupándose por él, odiaba seguir enamorado de Jungwon.

Someone Loves You! • JaywonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora