Capítulo 8

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Minho

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Minho


Era un nuevo día, en realidad, casi terminaba pues el sol estaba por ocultarse.

Pensaba muchas cosas. Entre ellas lo que pasó de nuevo está mañana.

Me sonroje por mi pensamiento. Todavía podía recordar sus labios atrapando los míos y su cuerpo marcando el ritmo de todo, de forma lenta y tortuosa cuando yo quería que fuera más rápido.

Estaba ardiendo por mi propia mente estúpida que me hace recordar eso. Ella me tenía dominado, completamente.

Y yo era como una maldita perra en celo que quería más, quería que ella me dominara, quería que me controlara, que me hiciera pedir más cuando yo debería estar haciendo que ella me lo rogara.

¡Shuck! ¿Por que soy así de dominado?.

-- ¿Qué pasó, hermano? -- Sarten interrumpe mi ensoñación.

-- Nada -- les digo tratando de cortar la conversación.

-- No te culpo -- no le tomo importancia a sus palabras -- esa chica es ardiente -- fruncí el ceño por eso.

¿Qué había dicho?

Cuando lo miré descubrí que veía a dónde yo lo hacía antes.

Ahí estaba ella, en la fogata con Kyong, parecía que le estaba contando algo porque él reía a carcajadas mientras ella hacía caras graciosas.

Sonreí inconsciente por eso. Sí, esa era mi familia.

-- Es mi hijo... Y ella mi novia -- parecieron sorprenderse por lo último más que por lo primero.

-- Vaya... ¿Tú con novia? -- mi cara pasa de embomaniento a enojo en un segundo.

-- ¿¡Esque acaso es sorprendente que tenga novia o que!? --

-- No solo eso... ¡Tienes un hijo! -- Sarten exagera las cosas con sus palabras -- sí que ella es valiente entonces. Mira que tener un hijo contigo --

Contengo mis ganas de tomarlo del cuello y menearlo de un lado a otro por grandes segundos.

-- Déjenme en paz -- les hablo fingiendo enojo en mi voz.

-- Ya hombre, no te enojes --

-- ¿Pero como pasó? -- interroga Sarten con duda.

-- ¿Quieres saber cómo me cog- ? -- sentí la mano de Newt en mi boca callando mis palabras.

-- Queremos saber cómo supiste eso --

-- Ella me lo dijo, fue directa y sincera, tenía miedo y después... -- me sonroje, podía sentirlo -- ¡Shuck no tengo que darles explicaciones de ese tipo! -- me vieron con una ceja alzada así que decidí cambiar de tema, a uno parecido pero sin duda que no llega a la conclusion de que soy un maldito perro dominado -- Decidí tener a Kyong antes del laberinto... Aunque yo no lo recordaba mi cuerpo siempre lo hacía... Y ella me esperó todo este tiempo porque estaba segura de que regresaría a ellos  -- confieso sin ningún rastro de mi conocido sarcasmo -- ella no lo sabe pero la haré mi esposa -- digo seguro de mis palabras.

ENTRE CRANCKS Y AMORES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora