Pasar mi mirada de sus labios a sus ojos, su nariz a su barbilla, sus mejillas a la frente, era algo que solo podía hacer en las mañanas, dónde él descansaba a mi lado cuando yo desertaba.
Realmente lo amaba, y después de tres años de espera, tenerlo a mi lado apretando mi cintura y sin camisa, era estar en el cielo mismo.
¿Qué había echo para merecerlo?
Porque él era perfecto, completamente perfecto, y yo solo era yo, y estaba bien, solo que no me creía merecedora de tenerlo.Claro que eso no se lo voy a decir nunca y espero que nadie vaya de chismoso.
Sus dedos alrededor de mi piel se apretaron.
-- Despiertas tarde, idiota -- le digo cuando sus ojos se abren con dificultad por la luz.
-- Buenos días a ti también, linda -- su voz adormilada y ronca cuando me habla es algo que me enciende de inmediato.
-- Te he dicho que cuando despiertes no me hables con esa voz -- está confundido por mis palabras -- porque no quieres que te haga gritar mi nombre... ¿O sí? -- me acerqué lo suficiente a un lado de su rostro y besé su oreja sintiendo el calor en ella, cosa que me sacó una carcajada.
-- Con eso no se juega, shank -- se queja cuando salgo de la carpa perdiendo su vista.
Camino tranquilamente escuchando los saludos de las personas, especialmente la de los niños a los que salvamos.
Pasé a un lado de la fogata, dónde Newt y Sonya hablaban felizmente entre ellos.
Los saludé y seguí con mi camino, alcanzando a ver cómo el rubio cubría en un abrazo a la chica.
Me alegra que por fin se hayan recordado.
Pero Newt tuvo que pasar por la llamarada para recordarlo en su último momento, antes de que Thomas lo noqueara.
Al menos pudo saber que tenía una hermana. Así que por extraño que parezca, el rubio nos contó varias veces lo agradecido que estaba por eso.
Estaba a orillas del mar, el atardecer de cierta forma me calma, me hace sentir bien pues hemos pasado otro día más.
Otro día felices y libres. Sin C.R.U.E.L.
El sonido se zapatos clavándose en la arena fue lo suficiente alto para sacarme del sueño que vivía despierta.
Era él, lo sabía cuando tomó mi mano con cariño.
Recargué mi cabeza en su hombro suspirando, mi corazón estaba tranquilo de sentirlo a mi lado.
-- Te amo, Minho -- solté sin pensar, pero no me quejé ni nada pues era la verdad, lo amaba.
Me extrañé cuando no respondió nada durante varios largos segundos.
Y cuando me separé algo en mi corazón se derritió por completo.
Había escuchado el término “Sonrió con la mirada” Pero hasta el momento no lo creía posible.
Pero ver cómo sus ojos rasgados normalmente cubiertos por aburrimiento, sarcasmo y vanidad, ahora se suavizaban y parecían brillar de una forma especial.
Me mostraban toda la admiración y cariño que me tenía.
Los sonidos del mar y las olas, las gaviotas en el cielo, las risas de los chicos en la fogata, pasaron a segundo plato cuando está vez sí sonrío con su boca, enseñando esos dientes brillosos, haciendo que sus ojos se hicieran dos finas lineas cuando sus mejillas subieron.
Mi corazón saltó alegre cuando sentí sus labios en los míos y sus dedos acariciando mi cintura.
Su olor me cubrió por completo embriagandome en su escencia. Varonil y suave, con una mezcla de sudor.
Sí, este era el chico con el que había decidido pasar mi vida, y estoy segura que no me arrepentiría nunca.
Porque tenía a Kyong, lo tenía a él, eso era lo único que necesitaba en la vida.
Tenerlos a mi lado sabiendo que yo era también lo único que necesitaban.
-- También te amo -- esas palabras, saliendo delicadamente de su boca, acompañadas de mi nombre dicho con tanto cariño, no hicieron otra cosa más que dejarme a sus pies.
Otro de mis secretos que espero nadie lo cuente.
Porque sí, había caído a ese chico desde el segundo momento en que lo había visto, era todo él, el que me hacía estar de rodillas.
Lo amaba de una forma impensable e intensa que tal vez todo mi amor lo abrumaría, pero conociendo a Minho él me amaba de la misma forma.
Sentí su beso en el medio de mis cejas y yo dejé un beso en su cuello mordiendo un poco esa parte.
Solté una risa cuando escuché su queja y comenzaba a perseguirme en la arena.
Y finalmente me atrapó, pero por lo rápido que corría ambos caímos al suelo, cambié las posiciones yo quedando arriba suyo besando sus labios con anhelo.
Está era mi vida ahora, sin pelear con C.R.U.E.L, este era el nuevo mundo, un mundo en paz que evolucionaba cada día.
Tenía miedo de que en algún momento alguien peor que C.R.U.E.L habitara el mundo.
-- ¡Mamá, papá! ¡faltó yo en el abrazo! -- nos carcajeamos juntos por esa vocecilla desesperada.
Pero sé que por mi familia, haría lo que sea, cuando sea y donde sea.
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ENTRE CRANCKS Y AMORES
FanfictionMinho... corredor despistado, algunas veces... veloz, inteligente, atractivo y... sarcástico, muy sarcástico. pero que pasaría si te dijera que tiene un hijo, sí, ese asiático despreocupado, un hijo. ¿Quién fue la valiente? nada más y nada menos que...