VII - Cascada de Sangre

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Panda usaba el olor de Kiba para seguirle el rastro, mientras Boruto, Sarada, Seija y Yakil se agarraban fuerte de su pelaje.

-¿Tenemos idea de qué sucedió a Makashi? - preguntó Seija.

-No, nadie sabe. Creemos que se trataba de una maldición pero no encontramos ninguna marca ni chakra extraño. Tampoco detectamos veneno ni metales. No comprendemos qué fue lo que lo mató.

A medida que Panda iba a saltando de árbol en árbol, podían sentir el frotamiento contra las hojas, como una suave melodía. Sarada estaba pensando pero no podía llegar a nada.

-Oye - le dijo Seija -. Tengo entendido que el Sharingan tiene un efecto... retroactivo. Si lo usas mientras recuerdas algo, puedes ver mejor lo que sucedió.

-¡¿Cómo sabes eso?! Esta es una técnica del clan Uchiha.

Seija suspiró y se puso la mano en la frente.

-Fue parte del blanqueo de la alianza shinobi. Se dio información básica de distintas técnicas características de las distintas aldeas. Está en la biblioteca, deberían ir, pueden aprender mucho de esos tomos.

-El chico con el peinado sin estilo tiene razón. - opinó Yakil, ¿acaso siempre lo tenían que ofender con algo?. -Cualquier shinobi que se haga respetar ha leído esos libros.

-Sí Sarada, deberías saber eso- se burlaba Boruto.

-¡Cállate! ¡Cómo si tu lo supieras, ignorante! En cualquier caso, admito que es una buena idea.

Yakil no comprendía, evidentemente seguía frustrado por su derrota.

-No comprendo antes dijeron que si usabas el sharingan te agotarías demasiado. ¿Por qué con esto no hay problema?

-No, si lo uso por poco tiempo no pasa nada. Sobretodo si es fuera de combate.

Y tal como acordado, Sarada usó su sharingan y recordó ese dichoso momento. Lo veía claro en su cabeza. Su incapacidad de hacer nada, su frustración. No, eso debía ir atrás. Tenía que concentrarse en lo que podía ver.

-Un...un...¿una gota? Sí, ¡una gota gorda! - exclamó.- Una gota de agua se movió muy rápido, la puedo ver en mi cabeza.

-Un usuario del estilo, agua entonces. Acaso será- dijo Boruto, pero fue interrumpido por un halón en el hombro por Seija, que lo miraba con seriedad.


Panda se detuvo, pero no había nadie, solo árboles a su alrededor. Se bajaron a ver si encontraban algo pero no había nadie. Notaron un arbusto moverse... se movía cada vez más a medida que se acercaban. Sarada sacó su kunai, preparada para lo peor. Un paso hacia adelante, otro, al unísono y con cuidado.

-¡Lo siento! No me maten.

Salió un pobre anciano Yugata, que se puso las manos sobre la cabeza y no paraba de temblar.

-Yugata, somos sólo nosotros - le remarcó Boruto.

Levantó la mirada unos segundos y se relajó.

-Lo siento chicos, su sensei me pidió que lo acompañara para ver si reconocía algún rastro de Kawaki, pero se fue sin mí y me dijo que me quedara oculto en un arbusto.

Todos salvo él sintieron un extraño presentimiento. Como si algo los estuviera viendo. Escucharon un grito desesperado.

-¡Abajo!

Todos se tiraron al suelo sin pensarlo. Frente suyo apareció una estatua de perro de piedra. Se escuchó un estruendo.

 Se dieron cuenta que la estatua recibió una especie de balazo, pero no había nada... excepto algo de agua. Un chorro que salía de ese orificio. Cayó del cielo una figura conocida. 

Boruto Alt: Una Nueva VersiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora