Ladrón de corazones

Capítulo 5 (Audrey)

Aunque él no me hubiese contado acerca de la convivencia de él y su padrastro, estoy más que segura de que es mala.

Su rostro me lo demostraba.

Y eso fue algo que me molesto, no se porque es mala la convivencia entre ambos, pero de alguna manera me molesto ver su rostro de tristeza, lo prefería alegré.

Alguien estaba llamando a la puerta.

—Audrey ve a ver quien esta llamando a la puerta.— Me pidió mi mamá.

Era sábado en la mañana.

¿Quién llamaría a la puerta tan temprano?

Abrí la puerta.

Sinceramente no esperaba encontrarme con mi hermano.

Él sólo venía en días festivos.

¿Qué hacía aquí?

No es que él no pudiese venir, pero como dije antes él solo venía en días festivos.

—¿Te quedarás todo el día ahí parada?¿No piensas invitar a pasar a tu hermano?— Sus palabras me sacaron de mi debate mental.

—¿Ethan, qué haces aquí?— Me hice a un lado para que entrará, fue entonces cuando me percate de que traía una maleta consigo. —¿Y esa maleta?

—Vine a pasarme unos días con mi familia, Betani estará unos días con su familia, yo decidí hacer lo mismo.— Me están mintiendo.

Lo sabía.

Estaba cansado, su rostro mostraba su cansancio, tenía grandes ojeras.

¿Qué le estaba sucediendo a mi hermano?

¿Por qué estaba así?

¿Tan triste?

¿Tan apagado?

—¡Oh hijo!— Mamá lo abrazo con fuerza, el dejo caer su cabeza sobre el pecho de nuestra madre, como antes cuando era niño.

—¿Podemos hablar, mamá?— Dije en un susurro, como si quisiese que yo no escuchase.

—Audrey termina de desayunar, y si llega tu padre le dices que suba arriba, que tenemos que hablar.— Ella y mi hermano se fueron dejandome sola en la sala.

Fui  a la cocina para terminar con mi desayuno.

Al poco rato cuando estaba limpiando lo que utilice, mi papá llegó.

—Papá, mi hermano vino.

—¿En serio?¿Dónde está?

—Está arriba con mamá, ella me dijo que cuando llegarás subieras, que tienen que hablar.

Dejo las jabas con las compras y subió las escaleras.

Algo sabían ellos que yo no.

Empecé a guardar las compras.

Luego subí las escaleras para ir a mi habitación, cuando pase por al frente de la puerta de la antigua habitación de mi hermano, los escuche hablar, también escuche a mi hermano sollozar.

Sea lo que sea que halla ocurrido tuvo que ser grave.

Seguí directo a mi habitación, no espiaría a mis padres.

Si mi hermano quisiese contarme lo que le sucede, pues lo hará.

Es su decisión, no la mía.

Pasé las próximas horas viendo películas, hasta que mi madre toco mi puerta informándome que ya estaba listo el almuerzo.

Apague el televisor y salí de mi habitación para bajar  a la cocina.

Todos almorzamos en silencio.

Después de haber limpiado mis trastes, subí a mi habitación para hacer mis tareas pendientes.

Estaba resolviendo unos ejercicios.

La puerta de mi habitación se abre. Es Ethan, mi hermano.

—Hola enana.

—Hola desaparecido.

Se sienta en mi cama y me mira.

—¿Podemos hablar?

Asiento.

Me pide que vaya junto a él.

Salgo de mi escritorio para sentarme junto a él.

—¿Me imagino que tu presencia no es solo por una visita?

—Tienes razón enana.

—¿Qué sucedió?

—Betani y yo nos estamos divorciando.

—¿Por qué?

—Porque ella me traicionó con su compañero de trabajo.

—¡Es una perra!

—Audrey más respeto.

—No me pidas algo que ella no merece.

—Aún así, no hables mal de ella.

—¿Querido hermano qué hago contigo?

—¿Amarme, alimentarme y no dejarme?

—No, mejor cojo el palo de la escoba y te lo parto en la cabeza.

—Sigues siendo la misma niña peleona de siempre.

—¡Corrección, yo ya soy una adolescente!

Echamos a reír, Ethan se marchó de mi habitación.

Pasé el resto de la tarde resolviendo tareas y viendo pelis.

En la noche nos sentamos todos juntos a ver películas.

Queríamos alzarle el animo a mi hermano.

¡Esa perra!

Ella nunca me cayo bien.

No conozco a persona mas quisquillosa que ella.

Prefiero vivir mil años con Owen que convivir con Betani.

Aún me pregunto que le vio mi hermano a ella.

Podrá ser linda pero tiene muy pocas neuronas de inteligencia.

Ojalá que su compañero de trabajo le haga lo mismo para que ella aprenda.

¡Cara de perra!