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Días después, el aire de invierno comenzaba a sentirse más frío, y Jay y Dalia decidieron llevar a Damian a patinar sobre hielo. Era la primera vez de Damian en una pista de patinaje, y la emoción en su rostro era evidente mientras trataba de mantener el equilibrio. Dalia, con cuidado, se deslizaba lentamente, consciente de su estado de salud pero sin querer perder la oportunidad de divertirse con su hijo y con Jay.

Jay, por otro lado, se reía mientras ayudaba a Damian a levantarse cada vez que perdía el equilibrio. Damian lo miraba con una mezcla de determinación y diversión, negándose a rendirse. "¡Voy a hacerlo mejor que tú!" gritaba Damian con entusiasmo mientras intentaba mantenerse firme sobre sus patines.

Dalia sonreía al verlos, su corazón lleno de felicidad. El frío del ambiente se contrastaba con el calor de sus corazones mientras los tres compartían ese momento especial. Jay se acercó a Dalia, ofreciéndole la mano para que patinaran juntos.

"¿Lista para demostrarme tus habilidades en la pista?" bromeó Jay.

Dalia rió, tomando su mano con suavidad. "Solo no me hagas caer, ¿sí?".

Juntos, patinaban despacio, siguiendo el ritmo de Damian que seguía haciendo lo mejor para mantenerse en pie. Después de varios minutos, se detuvieron para descansar un poco y tomar chocolate caliente en la cafetería cercana.

Mientras estaban sentados en la mesa, Damian miraba a su madre con una sonrisa traviesa y una idea en mente. "Mamá, ¿podemos ir a visitar a Santa Claus? ¡Faltan semanas para Navidad y quiero pedirle algo especial!"

Dalia se rió suavemente mientras le acariciaba el cabello a Damian. "¿Y qué es lo que quieres pedirle este año, cariño?"

Damian se quedó pensativo un momento, pero luego respondió con una mirada seria. "Quiero que Santa nos dé más tiempo juntos, que siempre estemos así de felices, mamá. No necesito más juguetes, solo quiero eso."

Dalia sintió cómo su corazón se apretaba ante la inocencia y sinceridad de su hijo. Jay, que estaba sentado a su lado, también lo miró con ternura, impresionado por la madurez que Damian demostraba a veces, a pesar de su corta edad.

"Eso es lo más lindo que podrías pedirle a Santa", dijo Jay, sonriendo mientras le daba una palmada suave en la espalda. "Y, ¿sabes qué? Creo que Santa ya está trabajando en eso."

Dalia asintió, sus ojos llenándose ligeramente de lágrimas, pero manteniendo su sonrisa. "Claro que podemos ir a ver a Santa, cariño. Y estoy segura de que te escuchará, porque has sido muy bueno este año."

Damian se emocionó y comenzó a hablar de todas las cosas que quería contarle a Santa. Mientras lo escuchaban, Dalia y Jay intercambiaron una mirada cómplice. Sabían que lo más importante para Damian era su familia, y estaban decididos a hacer de esa Navidad un recuerdo especial, lleno de amor y alegría.

Después de terminar sus bebidas, volvieron a la pista de hielo, donde siguieron patinando, riendo y disfrutando del momento, sin preocuparse del mañana, solo viviendo el presente y abrazando la felicidad que compartían como una familia.

[.........]

Los tres estaban disfrutando de una cena en su restaurante favorito después de una divertida tarde de patinaje. Damian seguía hablando emocionado sobre su visita a Santa Claus mientras comía su pizza con alegría. Jay observaba la escena con una sonrisa, encantado de ver lo bien que se llevaba con Damian y lo mucho que significaban esos momentos juntos.

De repente, el teléfono de Dalia sonó. Era una llamada de sus padres. Al ver quién era, Dalia se tensó un poco, lo que no pasó desapercibido para Jay. Con una sonrisa tranquilizadora hacia él, Dalia se levantó de la mesa y se alejó unos metros para contestar la llamada en privado. Sus padres aún no sabían que ella había retomado contacto con Jay, y desde que habían terminado en el pasado, nunca les había caído bien.

"Hola, mamá... hola, papá", contestó Dalia con una voz suave mientras se apartaba lo suficiente para que Jay no escuchara.

"Dalia, cariño, solo queríamos confirmar que vamos a pasar la Navidad juntos este año. Ya hemos hecho planes para viajar a verte y a Damian. Queremos pasar las fiestas en familia", dijo su madre con entusiasmo, aunque siempre con un tono controlador, como si ya diera por hecho que Dalia estaría de acuerdo.

Dalia suspiró, sabiendo que sus padres podían ser bastante insistentes, sobre todo cuando no estaban al tanto de ciertos detalles de su vida. Miró de reojo a Jay y a Damian, quienes seguían disfrutando su cena sin notar demasiado la conversación. Jay había sido un tema delicado en su familia después de su ruptura años atrás, y aunque ahora las cosas eran diferentes, ella sabía que hablar de su relación con sus padres no sería fácil.

"Claro, mamá. Me encantaría que vinieran. Será bueno que Damian pase tiempo con ustedes", dijo Dalia, intentando sonar entusiasta a pesar de las dudas que tenía en su interior. Sabía que el encuentro con Jay durante las fiestas podría ser tenso si no lo manejaba bien.

"Perfecto, cariño. Llegaremos unos días antes para ayudarlos con todo. Ya extrañamos a Damian, y será una Navidad especial este año", agregó su madre antes de despedirse.

Dalia colgó el teléfono y respiró hondo, intentando recomponerse antes de volver a la mesa. Sabía que tendría que hablar con Jay sobre la visita de sus padres y cómo manejar la situación, pero no quería que nada arruinara el buen momento que estaban pasando.

Cuando regresó a la mesa, Jay la miró con curiosidad. "¿Todo bien?"

Dalia le sonrió, aunque con un ligero nerviosismo en sus ojos. "Sí, era mi mamá... mis padres van a venir a pasar la Navidad con nosotros."

Jay asintió lentamente, comprendiendo la situación. Sabía que la relación de Dalia con sus padres era complicada, especialmente cuando se trataba de él. "¿Saben que estamos juntos de nuevo?"

Dalia negó con la cabeza, suspirando. "No, aún no... y no será fácil, ya sabes cómo se sintieron cuando rompimos. Pero lo importante es que esta Navidad sea especial para Damian. Podemos lidiar con eso."

Jay tomó su mano suavemente, apretándola con comprensión. "No te preocupes, lo haremos funcionar. Lo más importante es que estamos juntos. Y que Damian tenga unas fiestas llenas de amor."

Dalia asintió, sintiéndose un poco más tranquila con la presencia de Jay y la idea de enfrentar lo que viniera juntos. Sabía que no sería fácil, pero estaba decidida a que nada arruinara la felicidad que por fin había encontrado.

Mientras tanto, Damian seguía disfrutando su pizza, ajeno a la conversación entre su madre y Jay, pero feliz de que su familia estuviera cerca, con su madre sonriendo y a su lado Jay, quien se estaba convirtiendo en una figura importante en su vida.

"SERENDIPITY OF LOST LOVE" || JAY HALSTEADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora