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Dos años después – 2014

La luz del sol se filtraba a través de las ventanas de la habitación del hospital, iluminando suavemente el espacio donde Dalia Wood y su esposo, Alexander Donovan, se encontraban. El ambiente estaba lleno de una mezcla de emoción y nerviosismo. Habían esperado este momento con ansias y, finalmente, el día había llegado: estaban dando la bienvenida a su primer hijo, Damian Alexander.

Dalia respiraba con dificultad, pero su rostro iluminado reflejaba pura felicidad. A su lado, Alexander la miraba con admiración, sosteniendo su mano con ternura mientras ella se preparaba para dar la bienvenida a su hijo al mundo. La sala de partos estaba llena de personal médico que trabajaba con eficiencia y calma, pero para Dalia, todo lo que importaba era el momento que estaba a punto de vivir.

—Lo estás haciendo increíble, amor —le susurró Alexander, dándole un beso en la frente—. Estás tan fuerte.

Dalia sonrió, sintiendo el apoyo de su esposo en cada palabra. Recordaba todos los momentos que habían compartido desde que se conocieron, cómo su amor había crecido y se había convertido en un refugio seguro para ambos. Su vida en Londres había sido un nuevo comienzo, pero hoy era el inicio de una nueva aventura.

Después de un largo y agotador proceso, un llanto resonó en la habitación. El sonido era como música para los oídos de Dalia y Alexander. El médico levantó a su pequeño, envuelto en una manta, y se lo entregó a Dalia con una sonrisa.

—Felicidades, mamás y papás, tienen un hermoso niño —dijo el médico mientras Dalia lo sostenía por primera vez en sus brazos.

Las lágrimas de alegría brotaron de los ojos de Dalia. Era un pequeño milagro, y en ese momento, todo el dolor del pasado se desvaneció. Se sintió completa.

—Hola, Damian —susurró Dalia, mirándolo con amor mientras sus ojos brillaban de felicidad. Alexander se acercó, inclinándose para ver a su hijo.

—Es perfecto, Dalia —dijo, su voz llena de emoción. Se inclinó y le dio un beso suave a su pequeño, sintiendo que su corazón se llenaba de un amor que nunca había experimentado antes.

El enfermero tomó una foto de la familia, capturando ese instante tan especial. Dalia y Alexander intercambiaron miradas, ambos comprendiendo que este era solo el comienzo de un nuevo capítulo en sus vidas.

Mientras pasaban los días, Dalia se dio cuenta de que la vida con un bebé era un viaje lleno de desafíos, pero también de alegría indescriptible. Alexander estaba a su lado en cada paso, apoyándola y compartiendo las responsabilidades de ser padres. Sus noches eran más cortas, pero las sonrisas de Damian hacían que todo valiera la pena.

En un rincón de su corazón, Dalia a veces pensaba en Jay Halstead, preguntándose qué habría sido de él. Sin embargo, en lugar de tristeza, sentía gratitud por el camino que había recorrido. Había dejado atrás un pasado doloroso para construir una nueva vida llena de amor y esperanza.

Un día, mientras alimentaba a Damián en su sillón favorito, Dalia sintió que había encontrado su lugar en el mundo. Con Alexander a su lado y su pequeño en sus brazos, sabía que todo lo que había pasado había valido la pena. Damian era su futuro, y estaba lista para enfrentar todo lo que la vida les tenía reservado.

Mientras tanto en Chicago – 2014

Jay Halstead miraba por la ventana de su oficina en la Unidad de Inteligencia, absorto en sus pensamientos. Era un día cualquiera en Chicago, pero su mente estaba ocupada en cosas más complejas. La vida de detective tenía sus altibajos, pero en los últimos meses había encontrado un rayo de esperanza en su relación con Erin Lindsay.

"SERENDIPITY OF LOST LOVE" || JAY HALSTEADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora