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2019: Regreso a Chicago

Dalia miró por la ventana de su nuevo apartamento en Chicago, sintiendo una mezcla de nostalgia y esperanza. Había pasado años lejos de esta ciudad, años llenos de dolor, pérdida y la lucha por seguir adelante. Pero ahora, después de tanta oscuridad, había un rayo de luz en su vida: su hijo, Damian, y su mejor amiga, Audrey, que había decidido mudarse con ellas para ayudarla en este nuevo capítulo.

El apartamento era acogedor, decorado con las pocas cosas que había traído de Londres, y había una sensación de calidez en el aire. Damian corría por la sala, riendo y jugando con su pelota, mientras Dalia intentaba organizar algunos de los muebles que todavía estaban en cajas.

—¡Mamá, ven a ver esto! —gritó Damian, su pequeña voz llena de alegría.

Dalia sonrió, dejando de lado sus pensamientos mientras se acercaba a su hijo. En ese momento, todo lo que había pasado parecía un poco más manejable. La risa de Damian era un bálsamo para su corazón herido, una señal de que aún había razones para sonreír.

Audrey entró en la habitación, con una taza de café humeante en la mano y una sonrisa en su rostro.

—¿Listas para una aventura en la ciudad? —preguntó, mirando a Dalia con complicidad.

—¿Hoy? Pero apenas hemos llegado —respondió Dalia, sintiendo la mezcla de emoción y nerviosismo.

—Exactamente, es hora de explorar. Chicago tiene mucho que ofrecer y no podemos quedarnos encerradas aquí todo el día. Además, Damian necesita ver el parque —insistió Audrey, animando a Dalia.

Finalmente, Dalia cedió a la insistencia de su amiga. Vestirse y salir al aire libre era exactamente lo que necesitaba. Así que, después de arreglarse y asegurarse de que Damian estuviera listo, las tres salieron al fresco aire de Chicago.

El parque estaba a solo unas cuadras de su nuevo hogar, y mientras caminaban, Dalia no pudo evitar recordar momentos de su juventud en esta ciudad. Había tantos recuerdos, algunos felices, otros dolorosos, y ahora, mientras veía a su hijo correr y jugar, sentía que estaba construyendo nuevos recuerdos.

Una vez en el parque, Dalia observó a Damian jugar con otros niños, riendo y disfrutando de su inocencia. A su alrededor, la vida seguía fluyendo, ajena al dolor que ella había soportado. Audrey se sentó a su lado, compartiendo una bolsa de bocadillos.

—¿Cómo te sientes? —preguntó Audrey, mirando a Dalia con preocupación y cariño.

—No estoy segura —respondió Dalia, pensativa—. Es extraño estar de vuelta. A veces me siento como si hubiera dejado una parte de mí en Londres, y al mismo tiempo, siento que este lugar puede ser un nuevo comienzo.

—Es normal sentirse así —aseguró Audrey—. Pero recuerda que tienes a Damian y a mí. Estamos juntas en esto, y Chicago puede ser el lugar donde encuentres paz y sanación.

Dalia sonrió, agradecida por tener a Audrey a su lado. La vida seguía adelante, y aunque la tristeza por la pérdida de Alexander nunca desaparecería por completo, había espacio para la esperanza y el amor.

Mientras la tarde se convertía en noche, Dalia sintió una oleada de gratitud. Era un nuevo comienzo, un regreso a sus raíces, y aunque el camino sería desafiante, estaba lista para enfrentarlo. Con Damian y Audrey a su lado, sabía que podía encontrar su camino en esta nueva vida, reconstruyendo su felicidad un día a la vez.

Meses después: Un nuevo desafío

Con los meses que pasaban, la vida en Chicago comenzaba a establecerse en un nuevo ritmo. Dalia disfrutaba de los pequeños momentos con Damian y Audrey, pero también notó que algo no estaba bien. A menudo se sentía fatigada, sin energía, y las náuseas comenzaron a ser parte de su día a día. En ocasiones, se esforzaba por mantener una sonrisa para Damian y Audrey, pero en su interior, la preocupación crecía.

"SERENDIPITY OF LOST LOVE" || JAY HALSTEADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora