24. Disfraces

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La primera semana en esa casa fue más caótica de lo que pensaban. La parrilla creía que la época adolescente de los jóvenes ya había pasado.
Ahora ya no eran peleas entre ellos, eran peleas entre sus "hijos". Los problemas eran su fuerte y eso se sabia, por algo siempre estaban metidos en líos.

Durante esa semana no sabían con que entretenerlos, todavía eran más complicados ellos que el bebé uno.

— ¡Ya sé!.— Esteban ya tenía todo el cabello echo un lío.— Hay que encerrarlos en uno de los cuartos y nosotros escapamos, hasta nos podemos cambiamos de nombre

— Sí, sí, sí, me encanta eso.— asintió Lando desesperado

— No vamos a huir.— Max estaba desparramado en el sillón.— Nos castigaran peor

— Hay que preguntarles que quieren y ya.— Zhou estaba como si nada

— ¿Por qué te ves tan fresco y bonito?.— Oscar se le acercó y lo agarró de la cara.— Dime porque.— lo jaloneo

— Pepe es tranquilo

De repente se empezó a oír música a un volumen demasiado alto, era el español.

— La mayor parte del tiempo es tranquilo.— sonrió el chino

— Les traje un té.— Pato le ofreció las tazas a Max y Checo.— Ah, es para mis progenitores.— le dio un manazo al Nano.— Mentira, acá hay más.— corrió a la cocina por el resto del té

Pato era el salvador en esa casa, siempre dispuesto a ayudar a los pilotos o ya lo que queda de ellos.

¿Por qué es que eran tan complicados?, porque son jóvenes, quieren salir a divertirse, conocer personas, manejar de noche y todo eso que hacen los chicos de ahora.
Era evidente que los de la parrilla ya no andaban para esos trotes, no por viejos, más bien por cansancio y porque de cierta forma eran más conscientes de los peligros, aparte que estaban siendo monitoreados por la FIA, un paso en falso y podría significar mucho para su carrera en el deporte.

— Esperen aquí.— Checo se levantó de su lugar

— Ten por seguro que no iremos a ningún lado.— le respondió George

El mexicano se acercó a los otros pilotos, que estaban en la piscina, quería saber que es lo que querían para mantenerlos en paz, sin peleas y menos golpes.

— Espere esta pregunta por días.— Kimi se aventó a la piscina.— Sus jefes nos dieron una idea.— siguió jugando con Gabriel

— ¡Disfraces!.— soltó Franco como si fuese la mejor idea

— ¿Qué?, ¿de verdad?.— preguntó Checo sin creerlo

Después de que le contaron su idea; se regreso hacia sus amigos para decirles lo que querían los  pilotos jóvenes.

— Mendigos pollos de colores.— Lance hizo un puñito y le pego despacio a su mano

— En realidad son nuestros jefes los culpables

— ¿Y?, ya lo pensaron.— entró Paul mientras se secaba con su toalla

— Solo si prometen que nos darán un día de paz.— sentenció Checo

— Tenemos un trato.—  Paul le dio la mano y brincoteo de la emoción

En el fondo todos seguimos siendo niños y ellos quería una sana diversión.

— ¿Entonces qué?, si vamos a ir al mamitas puebla.— Rafael bajo casi corriendo.— Ay, Checo estas aquí.— se rasco la cabeza y busco ayuda en el holandés

Conviviendo los 20 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora