29. Buen día

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Cuando las cosas se empezaron a descontrolar y digo porque todos estaban hechos un destrastre; algunos pilotos se estaban vomitando en cada esquina, otros seguian comprando cosas compulsivamente y algunos otros estaban tan entrados en las vidas ajenas que ni siquiera cuidaban bien a los pilotos que debían vigilar.

— Mira nomas como baila Max.— George se burlaba del rubio.— No marca bien el paso

— Tu tampoco.— Daniel salió a defender a su amigo

— Mmh tenías que salir a defender a tu amadisimo Max.— siguió riéndose de los pasos tan extraños que se aventaba el holandés

Gracias a George hay recuerdos de todos sus momentos vergonzosos, justo como el que ahora.
Max había amenazado a Checo para que bailara con él. Le dijo que si no aceptaba bailar; subiría a Pato a uno de los juegos mecánicos más peligrosos que hubiesen ahí. Todos eran peligrosos por su precaria seguridad.

Bien se dice que por sus hijos se hace lo que sea y Checo no fue la excepción.

Y ahí estaban el pobre mexicano sufriendo por los pisotones que le daba su amigo.
Bailaban al ritmo de una banda que tocaba cumbia, por más que Max trataba de seguirle el paso a Checo, no lo lograba.

— ¡Esa mano árbitro!.— le gritó Pato a Max

— Ay se me fue perdón. Es que estoy más concentrado en bailar.— se disculpo con el mexicano

— Siguele y te duermes con Esteban otra vez.— le advirtió Checo

Algunos otros también bailaban, no tan bien pero trataban de hacer lo mejor posible. Como Carlos y Charles que parecía las un baile de apareamiento.

— Un, dos, tres, pas, pas, pas.— Carlos trataba de darle vueltas a su amigo

Le dio uno, dos, tres giros y mareo al pobre piloto, tambaleó un poco pero no fue suficiente para dejar el baile.
Los presumidos de Franco y Rafa traían más ritmo que los otros pilotos, hasta parecían profesionales, se aventaba una que otra cargada, algo más de quebradita, pese a ser cumbia.

— Dale Franco, yo te atrapo.— el mexicano se alejo un poco para que el argentino tuviese espacio

Lo convenció y Franco corrió hacia Rafael y este lo atrapó, le dio una que otra media vuelta y siguieron con el baile.

No era lo que tenían planeado pero definitivamente estar ahí era mejor que ir al museo como George quería.

Fernando, Alex, Zhou y Nico por alguna extraña razón estaban ayudando a un señor con su puesto de comida.
Alex le hacían promoción a las hamburguesas y hot dogs, Nico la hacia de mesero, el Nano ayudaba a picotear y Zhou le daba vuelta a las carnes

— ¡Pasele!, si compra una hamburguesa se lleva un beso del mismo...uhm.— Alex se quedó pensando, volteó hacia todos lados buscando.— Un beso y un abrazo del mismo Oscar Piastri

El australiano que estaba sentadito comiéndose un hot dog casi se atraganta al oír semejante cosa. Ya ni lo dejaron criticar agusto con Logan y George.

— No metas a cuchurumin en tus negocios chuecos.— le advirtió Logan

Aprendió a decir eso cuando escucho a Max hablando de Checo.

— Lo que tienes chueco es la cola, mi puesto es honrado güero.— Sargeant salió regañado por el dueño de puesto.

Lewis, Valtteri, Kevin, Daniel y Yuki se metieron a una casa de sustos, no querían hacer el ridículo bailando pero si gritando como señoritas, mientras personas mal pintadas los correteaban con un cuchillo falso.

Conviviendo los 20 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora