30. Desastre en la playa

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El día parecía favorable para la parrilla, todo estaba tranquilo, la organización estaba saliendo no como planeaban pero ya era algo.

Fernando había mandado a Checo, Lewis y Nico a comprar algunas cosas que hacían falta, pero no faltó que un rubio se les pegara.

— Eh, eh, eh, ¿a dónde y con Checo?.— se les atravesó en el camino

— A comprar, duh.— Nico le mostró la lista

— Llevate a uno de los niños.— Max jaló al pobre Pato que nomas iba de pasada y se lo aventó al mexicano.— Quién sabe que mañas tengan estos

Barrio con la mirada al par de pilotos tiesos y como si no hubiese hecho nada, le sonrió a Checo.

— Vamos rápido, luego Pato se distrae viendo piedritas con formas chistosas en el camino.— Checo quiso seguir avanzando

— Entonces vamos

Lewis solo iba a un lado de su amigo, sin hacerle daño a nadie; pero Max lo empujo con la cadera y se metido en medio de ellos, después abrazó por los hombros al mexicano.

— Hey tu, a tres metros de mi viejo.— le hizo una seña a Nico

— Cual viejo Emilian.— le dio un codazo como de costumbre.— Pato te fijas del niño este, de tu hermano

Ya se había acostumbrado a decirles así cada que irían a algún lado.

— Pero yo quiero ir.— Rafa salió corriendo para alcanzarlos

—Bueno, vamos pues.— no queriendo le extendió el brazo en señal de aprobación

— Ah, pero si voy yo va Franco

El argentino salió de quien sabe donde, pero ya estaba con una sonrisota y listo para irse.

— Ah no, pregúntale a sus papás temporales.— negó Checo

No quería tener problemas menos con George.
El argentino se fue directo a Alex, sabía que él era muchísimo más accesible que George, quien picaba algo en la cocina.

— ¿Puedo ir?.— preguntó Franco

— Pregúntale a George.— respondió concentrado en un juego

Sin más remedio tuvo que ir hacia el británico, con suerte le decía que sí.

— Sí Alex te dice que sí, esta bien.— respondió picando tomate todo feo

Tuvo que regresarse con Alex y decirle la respuesta de George.

— Dijo que si tu me decías que sí que estaba bien

— Sabes como es, dile que si él dice que sí yo digo que sí.— sacó la lengua concentrado en su juego

Se harto el argentino, solo se salió de la casa, era más fácil mentir a que sus padres temporales le dijeran que sí.

— Dijeron que sí.— sonrió y caminó rápido hacia Rafa

Se les tenían que pegar más pollitos de colores, eso era de ley. No había cosa que no se dieran cuenta esos jóvenes.

— ¿A dónde van?.— Pepe los vio de lejos y se acercó

— A surtir la lista de tu "papá".— respondió Nico

— ¿Puedo ir?.— salió corriendo contento hacia los pilotos

Los pilotos más grandes se vieron entre ellos, no querían tener tantas responsabilidades mientras compraban.

— Tu vente.— invito Rafa

Conviviendo los 20 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora