Bienvenido a la Segunda temporada de JoyBoy El elegido por Marx en My Hero Académia.
Si aún no has leído la Primera temporada, te invito a leerla, es muy interesante al igual que está
Te invito de igual forma a leer la historia de Uno con la Muerte...
La noche era tan oscura que apenas podían ver sus propios pies cuando Zoro y Alastor continuaron su huida, rodeados por el sonido del río que fluía con un ritmo constante detrás de ellos.
El aire estaba cargado de humedad y el olor a hierba y madera quemada flotaba en el aire.
Después de varios minutos de carrera, alcanzaron un pequeño pueblo abandonado, con casas desvencijadas y tejados que se tambaleaban como si estuvieran a punto de derrumbarse.
La luna llena iluminaba los techos sucios y los árboles cercanos, creando sombras extrañas que parecían moverse por su cuenta.
-¿Qué hay aquí? -preguntó Zoro, mirando alrededor con la vista cansada.
-No sé -respondió Alastor, su respiración suave-. Pero parece que nadie vive aquí. La ropa de cama y los muebles están cubiertos de polvo, y hay un olor a muerte que impregna el aire.
Zoro asintió y ambos se acostaron en el suelo, listos para descansar un poco. El silencio fue sepultando la noche, excepto por el sonido del río que seguía corriendo detrás de ellos.
Mientras dormían, Zoro se despertó con un fuerte ruido que resonó a través del pueblo abandonado.
Abrió los ojos y vio a Alastor despertando también, su cara reflejada en la luz lunar que entraba a través de una ventana rota
La habitación estaba bañada en una luz pálida y temblorosa, como si la luna estuviera moviéndose en el cielo.
-¿Qué pasa? -preguntó Zoro, sentándose y estirando su cuerpo cansado.
Alastor se levantó y se acercó a una ventana, la luz llena de polvo suspendida en el aire. -Escuché algo -dijo, su voz baja y tensa-.
Zoro se levantó también y se acercó a Alastor, sus ojos fijos en la oscuridad exterior.
-¿Qué es lo que escuchaste? -preguntó, su voz grave.
-No lo sé -respondió Alastor-. Pero estoy seguro de que es alguien que nos está buscando.
Zoro asintió y desenvainó su katana, la hoja brillante bajo la luz lunar.
Y entonces vieron a Kaito emergiendo del bosque, su figura imponente envuelta en sombras.
La luna iluminaba su rostro sereno y frío, como si fuera un espíritu perverso que hubiera descendido desde el Infierno.
-¡Deténganse! -gritó Kaito, desenvainando su espada larga y brillante.
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Zoro y Alastor se enfrentaron a él con sus katanas en mano, las hojas relucientes bajo la luz lunar.
-¿Qué quieres? -preguntó Zoro.
-Ryūjin me ordenó capturarte, Zoro Yamamoto -respondió Kaito.
Zoro sonrió. -Eso nunca va a suceder -dijo.
Y entonces comenzó una batalla intensa entre Zoro y Kaito, las hojas chocando en el aire con un sonido metálico mientras la lucha se desencadenaba en el corazón del pueblo abandonado.
