Eat your heart out

Capítulo 9 : Sangre y champán

Harry estaba bastante seguro de que Lestrange iba a intentar matarlo cuando nadie lo viera. Qué desafortunado para él que Harry fuera inmortal. Tom parecía tener muchas ganas de hablar con Harry en privado después de la competencia, pero se distrajo por completo mientras escoltaban a los invitados a la salida. Una de las esposas que había estado coqueteando descaradamente con Tom la mayor parte de la mañana (Harry pensó que era la esposa de Goyle) se había tambaleado borracha hacia él y le había dicho algo como "No te preocupes por ese viejo, nadie está impresionado por él".

Harry no tenía idea de lo que eso significaba, pero pareció detener a Tom. Tom tomó a la mujer a un lado y, después de hacer un contacto visual sospechosamente largo con ella, ella y Goyle se fueron y Tom le informó a Harry que se iría hasta la cena. Lestrange no se despidió de nadie más que de Tom, y pareció mucho más forzado y mucho menos respetuoso de lo habitual. Tom lo dejó pasar, sin embargo, y se volvió para despedirse del siguiente grupo de invitados antes de poder captar la mirada venenosa que el ridículamente mal perdedor lanzó en dirección a Harry. Pobrecito hombrecito.

Sin embargo, Harry se preocupó cuando Tom no regresó para la cena. Él y Abraxas habían esperado hasta que la comida se enfrió, le pusieron un hechizo de estasis y jugaron al ajedrez en la biblioteca mientras esperaban para ver si algo había salido mal con el recado que había estado haciendo. Cerca de la medianoche, Tom regresó luciendo molesto y exhausto. Abraxas se apresuró y los dos tuvieron una breve conversación en susurros mientras Harry recalentaba un plato de comida. Estaba un poco molesto por el secreto, pero para ser justos, él también estaba ocultándoles un montón de secretos a ambos hombres.

Tom comió rápido, le dirigió a Harry una mirada fugaz de añoranza y, finalmente, les deseó a él y a Abraxas buenas noches. Todo aquello le resultó bastante extraño a Harry, pero Abraxas simplemente sacudió la cabeza cuando se volvió hacia su amigo confundido. Harry se había ido a la cama esa noche pensando demasiado en Tom. Tenía toda la intención de intentar sonsacarle algunos detalles al día siguiente, pero los tres días siguientes transcurrieron de forma bastante similar. Tom rara vez estaba en la mansión, regresaba agitado y pasaba la mayor parte del tiempo que estaba en casa encerrado con Abraxas.

Cuando le preguntó a su amigo qué habían estado haciendo, simplemente dijo que estaban repasando lecciones importantes. Esto no aclaró nada para Harry porque ¿qué lecciones podría necesitar repasar Tom? ¿O era Abraxas el que necesitaba ayuda para repasar algo? Además, ¿por qué diablos no podía estar Harry presente? No es que no tuviera mucho que hacer. Los preparativos de Samhain ocupaban casi todos los momentos que Harry no pasaba cocinando o durmiendo.

Como su señor, Tom estaba prácticamente obligado a organizar una celebración para cada una de las festividades mágicas. El poco tiempo que Harry había tenido con Tom desde la competencia de vuelo se había dedicado a repasar los planes para la comida, las decoraciones y los rituales que se realizarían esa noche. El trasfondo de cómo se habían despertado en los brazos del otro parecía fluir debajo de todas sus palabras, pero nunca fue pronunciado.

Harry podría haber pensado que Tom lo estaba evitando intencionalmente; excepto que las miradas que le lanzaba a Harry siempre eran tan... intensas. También lo tocaba constantemente mientras hablaban, ya sea con una mano en la parte baja de su espalda, inclinándose hacia su costado o haciendo girar mechones de su cabello con dedos largos y delgados. A veces ahuecaba la mandíbula de Harry con una mano y miraba fijamente sus labios, y Harry estaba tan seguro de que Tom lo iba a besar.

Recordaba bien el sabor de la piel de Tom cuando se había retirado al baño. Se había lamido los labios con sentimiento de culpa, a pesar de lo claro que Tom había sido sobre el efecto que las atenciones de Harry tenían sobre él. Sin embargo, siempre se alejaba al final, dejando a Harry con una profunda decepción en la boca del estómago. No es que lo admitiera delante del bastardo arrogante.