18/ENCUENTROS INESPERADOS/

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 El sol apenas se asomaba en el horizonte cuando Faye y Yoko se despertaron, preparándose para un día ajetreado. Debían ir primero al set de la serie "Blank" y luego Faye llevaría a Yoko a la escuela. La conexión entre ellas era evidente, y sus sonrisas reflejaban la felicidad que sentían al estar juntas.

Caminaban tomadas de la mano por el set, cuando Marissa e Ize, dos compañeras de reparto, comenzaron a reírse de ellas en forma de burla. "¡Miren, el barco ya empezó a navegar!", comentó Marissa, riendo con complicidad.

Faye y Yoko intercambiaron miradas y rieron también, sin dejar que los comentarios las afectaran. Después de la breve reunión en el set, Faye llevó a Yoko a la escuela. Antes de que Yoko bajara del auto, Faye le dio un pequeño y tierno beso, entregándole el almuerzo que había preparado en la mañana.

"No olvides comer, ¿de acuerdo? Te veré más tarde," dijo Faye con una sonrisa.

"Lo prometo. Gracias, Faye," respondió Yoko, sonriendo de vuelta antes de cerrar la puerta del auto y dirigirse a la escuela.

Más tarde, Faye pasó a recoger a Yoko y decidieron ir al centro comercial. Querían pasar un rato divertido y relajado después de un día largo. Sin embargo, la tranquilidad se rompió cuando, al doblar una esquina, se encontraron cara a cara con Lux.

La incomodidad fue palpable. El desagrado en el rostro de Yoko no pasó desapercibido para Faye, quien sonrió y entrelazó sus manos antes de que Lux se acercara a ellas.

"Hola, Faye. Qué sorpresa verte aquí," dijo Lux con una sonrisa que no alcanzó sus ojos.

"Hola, Lux. Estamos de compras," respondió Faye con cordialidad, apretando la mano de Yoko para darle apoyo.

Yoko, sin embargo, soltó la mano de Faye y se dirigió rápidamente hacia una tienda cercana, evitando así cualquier interacción con Lux.

Lux observó la reacción de Yoko y volvió su atención a Faye. "Parece que tu... amiga no está muy contenta de verme."

Faye suspiró, manteniendo la calma. "Yoko ha tenido un día largo. No es nada personal."

Lux alzó una ceja. "Bueno, será mejor que me vaya entonces. No quiero causar más molestias."

Faye asintió. "Sí, creo que es lo mejor."

Lux se despidió con una ligera inclinación de cabeza y se alejó. Faye esperó un momento antes de ir a buscar a Yoko dentro de la tienda.

"¿Estás bien?" le preguntó Faye suavemente al encontrar a Yoko mirando distraídamente un estante de ropa.

Yoko asintió, pero sus ojos reflejaban la incomodidad que había sentido. "Lo siento. No quería causar una escena."

"No tienes que disculparte, Yoko. Entiendo cómo te sientes," dijo Faye, abrazándola. "Vamos a seguir con nuestras compras y olvidarnos de esto, ¿de acuerdo?"

Yoko sonrió débilmente y asintió. "Sí, vamos a disfrutar el resto del día."

Las dos continuaron explorando el centro comercial, recuperando el buen humor poco a poco. Compraron algunas cosas que necesitaban y se detuvieron a comer en su restaurante favorito, donde compartieron risas y anécdotas.

Sin embargo, al llegar al garaje del centro comercial, varios fans llegaron corriendo y gritando al verlas. El ruido y la brusquedad de los seguidores asustaron a Yoko, quien comenzó a llorar y a tener un ataque de pánico. Faye, alarmada, la abrazó con fuerza, intentando calmarla mientras le lanzaba una mirada severa a la multitud.

"¡Por favor, tranquilos!" alzó la voz Faye, con un tono firme pero respetuoso. "No se acerquen así de repente y gritando. Yoko es nueva en esto y no está acostumbrada. Por favor, dennos un poco de espacio."

Los fans, al darse cuenta del impacto que estaban teniendo, retrocedieron unos pasos, algunos disculpándose. Faye continuó abrazando a Yoko, murmurándole palabras tranquilizadoras hasta que la pequeña comenzó a calmarse.

"Está bien, Yoko. Estoy aquí. Respira hondo, todo está bien," le decía Faye suavemente, acariciando su cabello.

Una vez que Yoko se sintió un poco más tranquila, Faye la ayudó a subir al auto y se dirigieron de vuelta al departamento. Durante el trayecto, Faye no soltó la mano de Yoko ni un segundo, ofreciéndole consuelo y seguridad.

Esa noche, después de que ambas se hubieran calmado, se acurrucaron en el sofá para ver una película. Yoko se quedó dormida con la cabeza apoyada en el hombro de Faye, quien la observó con ternura, sintiendo una profunda conexión y la responsabilidad de protegerla.

"Te prometo que siempre estaré aquí para ti, Yoko. Pase lo que pase," susurró Faye antes de quedarse dormida también, abrazando a Yoko con fuerza, sintiendo que, juntas, podían enfrentar cualquier desafío.

SANANDO JUNTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora