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El sonido de la lluvia intensa golpeaba contra las ventanas, creando una sinfonía natural que acompañaba la mañana. Faye y Yoko se despertaron abrazadas, y lo primero que notaron fue la fuerte tormenta que se abatía sobre la ciudad. A pesar del mal tiempo, sabían que debían ir a trabajar, pues las últimas escenas dentro del palacio debían ser grabadas.

Faye ayudó a Yoko a prepararse, asegurándose de que estuviera cómoda y abrigada. Mientras conducían hacia el set, la lluvia azotaba el auto, pero el ambiente dentro era cálido y lleno de complicidad. Llegaron al set, donde todo el equipo los esperaba con paciencia, aprovechando el mal tiempo para afinar detalles.

La penúltima escena dentro del palacio se grabó sin contratiempos. Arnueng y Nueng, los personajes de Yoko y Faye, compartían un momento emotivo, decidiendo tener un bebé para completar su familia. La química entre ellas era palpable, y la escena se rodó con una naturalidad que conmovió a todos los presentes.

Después de la grabación, Wanwand invitó a Marissa, Ize, Faye y Yoko a un pequeño restaurante cercano. La tormenta aún no amainaba, así que aprovecharon para relajarse y disfrutar de una buena comida. Mientras esperaban los platos, decidieron hacer un live en TikTok, una oportunidad perfecta para conectar con sus seguidores.

Yoko, con una sonrisa, decidió compartir con sus fans su reciente diagnóstico de narcolepsia. Los mensajes de apoyo no se hicieron esperar, llenando la pantalla de cariño y ánimos. En medio de la transmisión en vivo, el teléfono de Yoko sonó. Era su madre, visiblemente molesta por haberse enterado de la enfermedad de su hija a través de TikTok.

Yoko, sin saber cómo manejar la situación, le pasó el teléfono a Faye. Faye, siempre calmada y protectora, explicó pacientemente a la madre de Yoko todo lo que había estado sucediendo, incluyendo los desafíos que Yoko había enfrentado y cómo estaban manejando la situación juntos. Mientras tanto, Yoko continuaba el live, agradeciendo el apoyo y asegurando a sus seguidores que estaba en buenas manos.

La comida llegó y fue un festín de risas y anécdotas. Marissa y Ize compartieron historias graciosas del set, haciendo que todos se olvidaran momentáneamente de los problemas. La atmósfera era alegre y despreocupada, un respiro necesario después de días de estrés.

De camino a casa, Yoko tuvo uno de sus episodios de narcolepsia y se quedó completamente dormida en el auto. Al llegar, Faye la llevó en brazos hasta la habitación, con una ternura que no pasó desapercibida para Marissa e Ize, quienes las acompañaban. Le puso su pijama con cuidado, la arropó y le dio un suave beso en la frente, prometiéndose que al día siguiente le daría un baño para que se sintiera fresca.

Faye, después de asegurarse de que Yoko estaba cómoda, decidió darse un baño relajante. Se sumergió en el agua caliente, dejando que el cansancio del día se disipara. Pensaba en todo lo que habían vivido y en lo fuerte que era Yoko, admirando su capacidad para seguir adelante a pesar de los obstáculos.

Salió del baño, se secó y se puso su pijama, lista para descansar. Se acostó junto a Yoko, abrazándola con suavidad, y se durmió con la tranquilidad de saber que juntas podían superar cualquier desafío. La tormenta afuera continuaba, pero en el interior de su hogar, había paz y amor.

SANANDO JUNTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora