24/LA CONFESIÓN/

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Después de meses de arduo trabajo y emociones intensas, el último día de grabación de la primera temporada de "Blank" finalmente llegó. El set estaba lleno de una mezcla de alegría y nostalgia. Los actores y el equipo técnico se abrazaban y felicitaban unos a otros por el esfuerzo realizado.

Faye y Yoko, que se habían vuelto inseparables, compartían una sonrisa especial, sabiendo que este era solo el comienzo de algo más profundo. Durante la última escena, ambas se dieron cuenta de cuánto habían crecido, tanto profesionalmente como en su relación personal.

Al final del día, Faye tenía un plan en mente. Sabía que era el momento adecuado para abrir su corazón. Después de que el director diera las últimas indicaciones y la producción terminara oficialmente, Faye se acercó a Yoko.

"Yoko, ¿te gustaría salir a cenar para celebrar? Conozco un lugar tranquilo donde podríamos relajarnos después de todo este ajetreo," le dijo Faye con una sonrisa cálida.

Yoko, siempre dispuesta a pasar tiempo con Faye, asintió entusiasmada. "¡Claro, Faye! Me encantaría."

Salieron del set y se dirigieron a un restaurante acogedor en el centro de la ciudad. El ambiente era íntimo y relajado, con luces suaves y música de fondo que creaban una atmósfera perfecta para la conversación que Faye tenía planeada.

Durante la cena, hablaron de sus escenas favoritas, anécdotas divertidas del rodaje y de cómo habían crecido como actrices y como personas. Faye notaba que el momento adecuado para su confesión se acercaba.

Después de disfrutar de una deliciosa cena, pidieron un postre para compartir. Faye decidió que era el momento. Tomó aire y miró a Yoko directamente a los ojos.

"Yoko, hay algo que he querido decirte desde hace tiempo," comenzó Faye, con un tono serio pero lleno de ternura. "Estos últimos meses han sido increíbles, y no solo por el trabajo. Me has mostrado lo que significa realmente importar a alguien, y me has ayudado a sanar de maneras que nunca creí posibles."

Yoko la miró, con una mezcla de curiosidad y emoción. "Faye, tú también has sido increíble para mí. No sé qué haría sin ti."

Faye tomó la mano de Yoko sobre la mesa y continuó. "Yoko, me he dado cuenta de que lo que siento por ti es más que una simple amistad. Me importas de una manera que nunca antes había sentido. Estoy enamorada de ti."

Yoko se quedó en silencio por un momento, procesando las palabras de Faye. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero una sonrisa se dibujó en su rostro. "Faye, yo... yo también siento lo mismo. Estaba asustada de decirlo, pero tú has sido mi roca, mi refugio. Te amo."

Faye sintió una oleada de alivio y felicidad al escuchar esas palabras. Se levantó de su asiento y se inclinó hacia Yoko, quien también se levantó. Se encontraron a mitad de camino, en un beso tierno y lleno de promesas.

El restaurante parecía desaparecer a su alrededor mientras se perdían en ese momento perfecto. Cuando finalmente se separaron, ambas sabían que su relación había cambiado para siempre, profundizándose en algo más hermoso y significativo.

"Vamos a casa," dijo Faye suavemente, tomando la mano de Yoko.

Salieron del restaurante, caminando juntas bajo las luces de la ciudad, con el corazón lleno de amor y esperanza por el futuro que les esperaba. La noche estaba llena de promesas, y ambas sabían que, pase lo que pase, lo enfrentarían juntas.

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