17/NUEVO COMIENZO/

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El sol de la mañana iluminaba suavemente el departamento de Faye, llenando la habitación de una calidez reconfortante. Faye se despertó primero, observando a Yoko dormir plácidamente a su lado. Una sonrisa se formó en sus labios mientras acariciaba con suavidad el cabello de Yoko, disfrutando de la tranquilidad del momento.

Yoko se movió ligeramente y abrió los ojos, encontrando la mirada amorosa de Faye. "Buenos días," susurró Yoko, sonriendo con timidez.

"Buenos días, mi pequeña," respondió Faye, inclinándose para darle un suave beso en la frente. "¿Dormiste bien?"

"Sí, muy bien," respondió Yoko, estirándose un poco. "Anoche fue... increíble. Me siento tan feliz de haber hablado contigo."

"Yo también," dijo Faye, abrazándola con fuerza. "Ahora, vamos a preparar el desayuno juntas. ¿Te parece?"

Yoko asintió con entusiasmo, y ambas se levantaron para dirigirse a la cocina. Prepararon juntas un desayuno sencillo pero delicioso: tostadas, huevos revueltos y jugo de naranja. Se sentaron a la mesa, disfrutando de la comida y de la compañía.

"Hoy es nuestro día libre," comentó Yoko mientras mordía su tostada. "¿Qué te gustaría hacer?"

Faye pensó por un momento. "¿Qué te parece si vamos al parque? Podemos caminar, relajarnos y simplemente disfrutar del día."

"Me parece una idea genial," respondió Yoko, sonriendo. "Podemos llevar una manta y hacer un picnic."

Después de terminar el desayuno y recoger la cocina, se prepararon para salir. Faye preparó una cesta de picnic con algunos bocadillos y bebidas, mientras Yoko buscaba una manta y se aseguraba de tener todo lo necesario.

El parque estaba lleno de vida, con familias, parejas y amigos disfrutando del hermoso día. Faye y Yoko encontraron un lugar tranquilo bajo un gran árbol y extendieron la manta. Se sentaron, disfrutando del sol y la brisa suave.

"Esto es perfecto," dijo Yoko, recostándose sobre la manta y mirando el cielo azul.

"Sí, lo es," respondió Faye, recostándose a su lado. "Me encanta pasar tiempo contigo, Yoko."

Se quedaron en silencio por un momento, simplemente disfrutando de la presencia del otro. Después de un rato, Yoko se giró hacia Faye y le preguntó, "¿Qué crees que nos depara el futuro, Faye?"

Faye pensó por un momento antes de responder. "No lo sé con certeza, pero sé que quiero que estemos juntas. Quiero seguir apoyándote en tus estudios, en tu carrera y en tu vida. Quiero estar a tu lado, pase lo que pase."

"Eso suena maravilloso," dijo Yoko, tomando la mano de Faye. "También quiero estar contigo, en cada paso del camino."

Se quedaron así, tomadas de la mano, mirando al cielo y hablando de sus sueños y aspiraciones. El día pasó rápidamente, lleno de risas, confidencias y momentos especiales.

De regreso al departamento, ambas sintieron una sensación de paz y felicidad. Sabían que el camino no siempre sería fácil, pero estaban dispuestas a enfrentarlo juntas. Al llegar a casa, se acurrucaron en el sofá, viendo una película mientras la noche caía.

"Faye," dijo Yoko suavemente, "te amo."

Faye la miró con ternura y respondió, "Yo también te amo, Yoko. Y siempre estaré aquí para ti."

Con esas palabras, se abrazaron, sabiendo que habían encontrado algo verdaderamente especial. La vida continuaría trayéndoles desafíos, pero con amor y apoyo mutuo, estaban listas para enfrentarlos juntas.

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