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Después de que Faye informara al director sobre el estado de Yoko, el equipo de producción tomó medidas rápidas y efectivas para garantizar su seguridad. Se colocaron protecciones en las puntas filosas de los muebles, se instaló un piso especial en las áreas de maquillaje y vestuario, y se dispuso una mesita especial con comidas y jugos para Yoko. Estas acciones demostraron la comprensión y el apoyo del equipo hacia la situación de Yoko.

Ese día, tenían que grabar una escena subida de tono. Faye se acercó a Yoko y le dijo suavemente, "Solo sígueme, Yoko. Todo va a estar bien. Estoy aquí contigo."

En la escena, Kum Sam encuentra a Arnueng y Nueng juntos en la cama. La tensión y la intensidad de la actuación fueron palpables, pero tanto Faye como Yoko se concentraron en sus papeles, entregando una actuación convincente y emotiva.

Al finalizar la escena, Yoko susurró, "Faye," mientras se agarraba fuertemente de ella. Faye notó de inmediato que otro episodio de narcolepsia estaba por suceder. Sin perder tiempo, la abrazó fuerte y la sostuvo por la cintura, llevándola en brazos hacia el área de maquillaje.

"Necesitamos maquillarla y cambiarla," dijo Faye al equipo de maquillaje y vestuario. "¿Puedo cambiarla yo? Sé que si despierta mientras la visten, se asustará."

El equipo asintió, respetando su solicitud. Faye colocó a Yoko suavemente en una silla, y mientras el equipo de maquillaje trabajaba con cuidado, Faye comenzó a cambiarla con destreza y ternura, asegurándose de no despertarla.

A medida que avanzaban, Yoko seguía dormida profundamente. El equipo de maquillaje aplicó los toques finales y Faye terminó de vestirla. Cada movimiento era delicado, casi reverente, para asegurarse de que Yoko estuviera cómoda y segura.

Finalmente, Yoko comenzó a despertar, todavía abrazada por Faye. "¿Faye?" murmuró, sus ojos abriéndose lentamente.

"Estoy aquí, Yoko," respondió Faye, sonriendo. "Todo está bien. Terminamos la escena y ahora estás lista para la siguiente."

Yoko sonrió débilmente, sintiéndose segura en los brazos de Faye. El resto del equipo observó con admiración y respeto cómo Faye cuidaba de Yoko con tanto amor y dedicación.

"Gracias, Faye," susurró Yoko mientras se apoyaba en ella. "No sé qué haría sin ti."

"Siempre estaré aquí para ti, Yoko," respondió Faye, dándole un suave beso en la frente.

El día continuó con una sensación de camaradería y apoyo entre todos. Las medidas tomadas para garantizar la seguridad de Yoko demostraron la importancia de la empatía y el cuidado en cualquier entorno de trabajo. A pesar de los desafíos, Faye y Yoko sabían que juntos podían enfrentar cualquier obstáculo, y su amor y dedicación se fortalecían con cada prueba superada.


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Estamos llegando a la final de la primer parte de esta historia, ya hay mas historias en camino, estoy trabajando en las portadas y tal.... 

SANANDO JUNTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora