Clase 1

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—No creo que se buena idea, Jungkook—habló un azabache, no muy convencido por la propuesta del mayor.

—Vamos Hobi, necesitas aprender a defenderte por tu cuenta, no siempre voy a poder estar a tu lado para ayudarte—vaciló Jungkook, haciendo ademán con sus manos mientras se sentaba en el pequeño sofá que se encontraba en el living de su casa.

El azabache de nombre Hoseok, miraba a su hermano mayor sin saber muy bien que responder, al mismo tiempo que sobaba su brazo izquierdo en busca de consuelo, manteniendo sus cejas fruncidas con incertidumbre.

Jeon Hoseok, un universitario de veintitrés años de edad, se encontraba sentado en el otro sillón de la sala, que quedaba justo al lado de donde se había sentado su hermano mayor, Jungkook.

En el fondo él sabía que su hermano tenía razón, él no podría cuidarlo por siempre y en algún momento tendría que valerse por su cuenta. No obstante, a pesar de saber eso, aun no se sentía preparado para afrontar esa realidad, le había costado demasiado el poder retomar nuevamente la rutina de su vida.

Dos malditos años y en esa cantidad de tiempo, aún no había superado del todo lo ocurrido. Es que todavía recordaba todo con tanta nitidez, como si hubiese sucedido ayer. Aun podía sentir aquellas asquerosas manos pasearse por su delicada piel, y aquellos labios que alguna vez deseo tanto besar, susurrándole insultos y palabras cargada de morbo.

Todo eso aún se guardaba intacto en su memoria, haciéndolo sentir como la mismísima mierda. Se daba asco cada vez que se miraba en el espejo y recordaba todas aquellas obscenidades que le habían hecho a su persona.

—Sé que tienes razón, pero ¿Clases de defensa?

—Vamos, será divertido, además—se levantó de su asiento, para posicionarse detrás del sofá donde estaba su hermano, colocando las manos en sus hombros—, Podrías hacer nuevos amigos.

El azabache menor suspiró rendido, complaciendo al contrario, quien no pudo evitar sonreír, pues aunque no lo demostrara del todo, se preocupaba por su hermano y quería que pudiera superar ese trauma, y vivir cómodamente como solía ser, pero él sabía que esas cosas llevaban tiempo. Por esa razón no lo obligaría a nada, dejaría que todo fluyera por su cuenta.

—Está bien—aceptó Hoseok—, Solo espero no arrepentirme luego.

—Ya verás que no, te lo prometo. De igual manera, si no te convence después de dos clases, podrás dejarlo ¿Te parece? —Hoseok asintió en respuesta con una pequeña sonrisa, que se le había contagiado del mayor—. ¡Ese es el espíritu!

—Ya, no exageres—espetó, poniendo los ojos en blanco y negando con la cabeza.

—Como sea, ya me dio hambre—se alejó de su hermano—. Pediré algo para la cena ¿Te apetece pizza? —el contrario asintió nuevamente—, Bien, pizza será.

El mayor se acercó al teléfono fijo de su casa, para marcar a la pizzería que solían concurrir, ya que el castaño era fan de dicha comida, por no decir que era su favorita.

Luego de esperar al tercer sonido alguien contestó, a lo que se apresuró a ordenar dos pizzas medianas, una hawaiana y otra sin champiñones, ya que Jungkook los detestaba.

Una vez acabado de ordenar colgó la llamada, dirigiéndose nuevamente al living, donde se encontraba el menor algo ido y ese detalle no pasó desapercibido por el mayor.

Se sentía un poco mal por su hermanito, sonará repetitivo, pero de verdad lo estaba. Sabía que le costaba bastante el poder salir de esas cuatro paredes y le dolía tener que darle aquel empujón, más lo hacía por su bien.

Defensa Personal - VhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora