Taehyung era un molino de sentimientos desde el momento que cruzó miradas con aquel chico tan peculiar, que se robó toda su atención. Él solo fue arrastrado por su mejor amigo para que lo ayudara a impartir sus clases de defensa personal. Para nada...
— ¿Cómo es eso que volvieron a perderlo? —habló enfadado Jungkook, mientras apretaba los puños para no golpear al oficial frente a él.
—El desgraciado es muy escurridizo, apenas logramos localizarlo, se esfuma como por arte de magia.
— ¡Maldito! —exclamó fuerte, a la vez que golpeaba la mesa de madera frente a él—. Dos putos años y aún no hemos hecho ningún avance. Quiero a ese maldito infeliz tras las rejas, debe pagar por lo que le hizo a Hoseok.
—Entendemos su sed de justicia, le aseguro que hacemos todo lo que podemos.
—Pero no es suficiente. Espero tengan respuestas pronto o tendré que contratar a gente más eficaz.
—No creo que sea necesario, señor Jeon.
—Eso espero—y sin agregar nada más, salió de la estación de policía.
Se detuvo en los escalones de la entrada de afuera, aflojando la corbata de su traje gris con delgadas rayas verticales blancas—. Te encontraré y te juro, que de esta no te vas a salvar.
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Chilló con emoción, tumbándose en su cama mientras se removía contento, aun sosteniendo su teléfono en mano. Quedo mirando el techo, esperando que se calmara su agitado corazón, para posterior volver a leer el mensaje que Taehyung le había enviado.
Aun no podía creer que el castaño le haya invitado a una cita el viernes, una fuera de las tutorías o el curso, solo ellos dos. Mordió su labio inferior, sin saber que contestar. Quería y a la vez no, porque sabía que lo mejor era no involucrarse demasiado con Taehyung o no habría manera de alejarlo después.
Le gustaba, sí, pero no se sentía capaz de algún día poder abrirse abiertamente a Taehyung y contarle sobre su pasado, si ni siquiera lo había hecho con su mejor amigo e incluso su hermano. Sacudió su cabeza, no queriendo pensar en eso.
Al final decidió aceptar, solo era una cita y la verdad quería salir con Taehyung, descubrir cuáles eran realmente sus intenciones y si él le gustaba de vuelta, solo entonces se armaría de valor para contarle la verdad, aunque temía por su reacción.
Más tarde se preocuparía por eso. Por ahora.
—Jisung—habló Hoseok del otro lado de la línea—. Necesito tu ayuda urgente.
— ¿Qué sucede Seokie?
—Taehyung me invitó a salir el viernes—pudo escuchar el chillido del castaño.
—Eso es increíble, amigo.
—Por eso necesito tu ayuda, no sé qué ponerme.
—No te preocupes, que para eso me tienes. Ya quiero ver la cara de rata de Jungkook cuando se entere.
