10

0 1 0
                                    

















Lucifer llegó a la biblioteca, donde Leal y Baltazar ya lo esperaban, cada uno impaciente. Leal fue la primera en ponerse de pie al ver la expresión en él.

-¿Qué ha sucedido?- preguntó Baltazar, después de incorporarse también.

Lucifer suspiró, su rostro sombrío los alertó. - La ciudad está en caos. Debemos irnos pronto o este llegará aquí, es peligroso quedarnos.

Leal se sorprendió, miró a todos de hito en hito y después fijó sus ojos marrones en el Amo Oscuro- ¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué ha visto?

- A los humanos volviendo mierda todo, así que andando. Quiero verlos moverse.

Leal se tambaleó, como si hubiera recibido un golpe. - ¿Qué hicieron? ¿Qué es lo que vió exactamente, mi señor ?

- A su maldito caos. Sólo aumenta, sólo provoca más destrucción. Si sigue así... él monstruo oscuro llegará más pronto de lo previsto. La energía negativa lo está invadiendo todo. Lo atraerá más rápido.

- Se-señor, pero aún no me queda claro qué es lo que...-

-Un agujero negro, Leal.- respondió el Amo Oscuro, sosteniendo a Leal de los hombros. Los ojos de ella se abren con sorpresa después de razonar lo que ha dicho-. Un monstruo que se alimenta de energía negativa. El que está próximo a llegar... es más grande que la galaxia Andrómeda, así que, cuando este cerca de esta, todo aquí ya habrá sido devorado.

- E-entonces... no hay nada qué hacer contra algo así.

- Claro que sí lo hay, Leal. Nosotros estaremos bien, no pertenecemos a este plano, pero tú no... porque por alguna razón eres una mortal ahora. No podría llevarte conmigo al Averno, pero haré que Padre te resguarde. Tenemos que encontrar una gran fuente de luz para que pueda escucharnos con esto.

- Pe-pero si no logramos...-

- Lo haremos. Debe haber un poco de ella dentro de este mundo agonizante. - Lucifer toma la mejilla de la criatura de blanco y la acaricia, sin dejar de mirar sus ojos cristalinos por el miedo. Se cautiva tanto por ellos, que desconoce cuánto tiempo se pierde mirándolos. Cuando vuelve al aquí, sólo traga grueso y aleja sutilmente su toque de ella -. Debes tener fé, al menos en eso. Debe haberlo por ahí también.

Ella sólo asiente, sin dejar de lucir preocupada.

-Mi señor, ¿a dónde iremos ahora entonces?

Lucifer la miró, su expresión seria. - No lo sé, pero no es seguro quedarnos aquí. Y debes estar preparada para todo lo que verás allá afuera. ¿De acuerdo? Confío en que lo lograrás. Debes ser fuerte. Debes ser valiente. El mundo necesita personas como tú ahora más que nunca. Y te prometo que te protegeré, que estaré a tu lado en todo momento. No temas.

Leal asintió, derramando varias lágrimas.

- Lo... Lo intentaré entonces, mi señor.

Lucifer la miró, su expresión seria. -No es solo intentarlo, Leal. Debes hacerlo. Debes ser fuerte por ti misma. Hazlo por Padre también.

Ella vuelve asentir y después Lucifer le dice que la dejara un momento para hablar con los suyos. Los llama después para que lo sigan a la estancia y ahí se prepara para enfrentarlos.

- Míos, ahora nuestro siguiente paso será inspeccionar la ciudad- , dijo Lucifer, mirando a Baltazar y a los demás-. Debemos encontrar alguna fuente de energía positiva para que así logremos...-

- Espere, un momento, mi señor - Baltazar lo interrumpe y después mira a los demás con preocupación, antes de devolver su mirada a Lucifer -. ¿Ha hablado en serio acerca de buscar esa luz? ¿Está demente? ¡Sabe que es peligroso para nosotros si la encontramos!

Luzbel. (En Curso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora